Trampa del inconsciente: El regreso de Antígona moderna. La vigencia de un mito griego en la novelística de Melvin Salgado.
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Trampa del inconsciente, de Melvin Salgado, es otra novela de tendencia psicologista, emparentada con el conductivismo de Pávlov, salivación de una rata que busca la salida o la del perro que también lleva el estímulo-respuesta de la trampa de los reforzadores, sabemos a cabalidad que una novela está hecha de lenguajes, aunque uno lleve la lectura apresurada, rápida, la memoria delata, inscribe y borra, no vamos a explicar su argumento, ni envolver su trama en cartones enigmáticos, sin perder de vista que el empleo de la novela para cosas de la vida, es parte del juego sucio de la contemporaneidad, no es el caso de Melvin, no permite usar lo novelesco para ser objeto efímero del eros de las escasas editoriales, o del aplauso bautismal del crítico. Vamos a considerar algunos elementos compositivos y arquitectónicos para asomarnos a la sombra de ciertas interpretaciones más manidas y cercanas a sus visiones filosóficas, psicológicas y antropológicas. Consideramos lo que nos afirma Zizek (2014) ¿Cómo distinguimos fingir [que la ficción es verdadera] de fingir que fingimos?». “Aquí es donde entra Lacan, con su distinción entre la atracción imaginaria y la ficción simbólica en cuanto tal: solo dentro del espacio simbólico podemos fingir que fingimos, o mentir con la verdad”.
Ámbar es un personaje solitario, una mujer, una joven, expuesto al mundo contemporáneo, en un lugar de Europa, en un país nórdico, la frialdad de la nieve, los ambientes inmensurables, alejados del ambiente geográfico de donde es originario el autor. No por ello se pierde de vista lo que dice Morin, somos ciudadanos del mundo, estamos globalizados desde tiempos antiguos, somos ciudadanos Cosmopolitan, el sufrimiento y placer del hombre primitivo, o antiguo, va ser diferente del hombre medieval y renacentista. Ámbar, se confronta, al igual que Jonás, en juego de apariencias, se juega el ajedrez sumiso de la libertad, de la verdad. Esta vez con su profesión de abogada, nos recuerda a la novela de Kafka el proceso, divergente, grotesca, sucedánea, vigente en sus esferas dicotómicas, Ámbar, mantiene el valor del humano enciclopedista, se prepara, estudia, piensa, reflexiona, mantiene su perspectiva colectiva, propia del hombre antiguos donde no existía propiedad privada. El ADN de ámbar está marcado por el principio de la incertidumbre, a pesar de genialidad en el oficio jurídico, en ella se lastra el profundo simbolismo del sistema jurídico, tal como se muestra en la naranja mecánica de Anthony Burguess, el big brother de la condena, pierde muchos juicios, es sometida hasta fracasar en su perfil profesional, hasta ahí nos resulta en primer nivel, compleja la novela.
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El traspaso psicológico a otra complicada situación narratoria, es cuando, Melvin Salgado introduce algo en el interior del personaje, un monitor, un dispositivo, un lenguaje, una palabra, un candado y lo abre, algo sucede, ese suceder el happen succes tragedy, nos lleva a creer que la novela está marcada en una extensión íntima y lirica, más bien, el yo, el tú, el ego, dislocan las personalidad y carácter de Ámbar, a través de procesos de tensión, donde figura la imaginación, o ficticio y la fuerza magnética que opone los dos polos, el de la negatividad que es lanzada, y el poder de identificar su posición edípica, la figura de la madre se vuelve poderosa, y el padre, el poder máximo se debilita en su mente, en su ser, la sombra poderosa del engendrador cae hecha añicos, la muerte del padre a nivel de una visión posible, su oposición está marcada en su ser, no lo manifiesta de primas a primera en la novela, por eso Ámbar, después de a ver querido cambiar las reglas del hogar, se convierte en abogada, porque si ahora desea cambiarlas en el sistema jurídico, donde también fracasa, es el ser en potencia que promueve una distención en la narración, donde es abarcadora de muchos eventos en devenir, se esperan que suceda, eso se da en el disparo de la sorpresa. Por eso, la trampa del inconsciente, está en batalla contra la realidad misma, estamos de acuerdo en lo que expresa Zizek (2014)”¿Cómo puede ser que no pueda ser reducido a signos simples, a una relación intramundana entre los signos y lo que designan, como es el caso con las señales de humo?
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La trampa del inconsciente, es otro artefacto literario narrativo que dinamita temas de carácter universal, donde el ser humano se refleja decadente, frágil, voluble a la representación de la voluntad de Schopenhauer, la perdida de la razón kantiana, el idealismo hegeliano, es otra metáfora más del tratamiento alegórico que hace Melvin Salgado, primero, la recursividad de la ciencia psicológica, segundo, el armamento pesado de la filosofía sartreana, tercero, la maniobra de la novela con tendencia surrealista, porque bajo la marea roja textual sucumbe la tristeza y la alegría, Ámbar, y Markus, hermanos, llevan la misma sangre, se van a enfrentar a una batalla psíquica, aunque la novela no abandona lo social, la presencia absoluta de instituciones sociales, el hogar, la corte suprema, la cárcel, y el manicomio, lugares premeditadamente espacios de encierro, objeto de la panopsis de Bentham, de vigilar y castigar como expresa Foucault. Tal como vuelve a ibidem Zizek (2014) “La solución es platónica: el lenguaje humano en realidad solo funciona cuando la ficción cuenta más que la realidad, cuando hay más verdad en una máscara que en la estúpida realidad que yace bajo la máscara; cuando hay más verdad en un título simbólico (padre, juez…) que en la realidad del portador empírico de este título”.
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Las realidades que se entromete en la narrativa que analizamos poseen más proximidad liminar con las realidades universales que tiene un efecto de mariposa en cualquier espacio, en cambio, su fuego, su fuerza es particular desde la visión armada en la mente de Ámbar, por eso técnicamente, la novela, está más acomodada al tekne, su acierto fundamental radica en la juntura de piezas que se hilan en cada capítulo, cada capítulo podría ser una isla y la novela un archipiélago de significados totales. Los hilos delgados narrativos en un efecto de muñeca rusa, una historia dentro de otra historia hasta el infinito, y ese juego complejo de flashbacks vertebran a la novela en un inacabado sin final, volvemos a citar a
Žižek (2015) “Ahí reside el callejón sin salida alcanzado por Nietzsche, que en el mismo texto (Más allá del Bien y del Mal[1]) parece defender dos posiciones epistemológicas opuestas: por un lado, la noción de Verdad como la Cosa Real insoportable –tan peligrosa e incluso letal como mirar directamente al sol de Platón–, de modo que el problema es cuánta verdad puede aguantar un hombre sin diluirla o falsificarla”.
Por otro lado, es la noción «posmoderna» de que la apariencia tiene más valor que la llana realidad, ahí nos detenemos, la realidad, es la impresión de los objetos, la rasgadura que tienen los objetos frente al sujeto, la novela alcanza esa dialéctica de moverlo en esferas, como dice Peter Sloterdijk, la esfera es lo absoluto, el padre celestial, Ámbar lucha con ese padre no celestial, que puede ser representación de ese padre celestial, es una especie de anti Edipo teológico y terrenal a la vez, la muerte de su madre moralmente, es una carga penal contra su impotencia de ser como tal, y que, en última instancia, Zizek (2015) “no hay Realidad última sino solo el juego mutuo de múltiples apariencias, de modo que la oposición entre realidad y apariencia debería abandonarse. ¿No consiste la grandeza de la humanidad en su capacidad para priorizar la deslumbrante apariencia estética sobre la gris realidad?” (p.45).
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La trampa del subconsciente, hila una diversidad de temáticas, al igual que El proceso de Frank Kafka, aparecen abogados, jueces, ujieres, guardianes… que, en conjunto, dan una imagen impactante de los mecanismos de la Ley y del Estado. No tanto porque este texto kafkiano sea una influencia, no se trata de eso, sino sobre la compungida forma de trata el tópico, eso indica que el discurso jurídico en la novela de Melvin Salgado, se articula en una telaraña sus deficiencias universales, el concepto de justicia, de condena, de proceso condenatorio, de la figura del juez es expuesta a la decadencia de un sistema penal, aunque, desde la visión topológica, donde ubicamos los acontecimientos de la novela, en el norte de un país europeo, nos da la certeza que no solamente está refiriéndose a los defectos mecánicos y potenciales del sistema jurídico de esos países, sino, que también como premisa es universal. Por ello, es través de Ámbar, un personaje redondo, que evoluciona, cambia, se trasmuta, obedece a cambios exabruptos, que nos dejan deslizarnos en el pozo fenomenológico del ser humano, eso es un gran acierto en la respectiva novela de Melvin Salgado.
En este sentido, Sloterdijk expresa (2004)”Los seres humanos[2], como criaturas que bajo cualquier circunstancia son en principio vivientes amontonados unos sobre otros, que tanto se protegen como se rechazan mutuamente, y nada más que eso, como criaturas que para convertirse eventualmente y mucho más tarde en individuos, como se dice, en seres autocomplementan- tes que viven solos y que cuidan los contactos exteriores (direcciones, redes), necesitan, sin peros ni diferencias, el microclima estimulante de sus tempranos mundos interiores. (p.127).
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Ámbar, es la Antígona moderna, veamos, donde el rey Creonte manda una orden de no enterrar a Polinices –hermano de Antígona. Ella, Antígona, hija de Edipo y de Yocasta, decide no obedecer esa ley. Y entierra a Polinices. Y Creonte la castiga, obligándola a ser encerrada en una tumba. Entonces ella se ahorca. Ámbar corre la misma peripecia, a nivel simbólico, porque no podemos dar mano a la asimbología, que es la carencia de capacidad de interpretar símbolos, la radiación narrativa en que Ámbar recorre, en las riberas existenciales de la vida, como abogada, como hija, como hermana, como ciudadana, en cada rol actancial, fracasa, es condenada, por el destino.
Ámbar perdió muchos casos donde condenaron a sus clientes, sus desvaríos, sus cambios mentales, sus esquicias, sus comportamientos conductuales atraviesan los puentes débiles de la razón y las avenidas desastrosas de la locura. Veamos en el siguiente texto, El juicio de Hannah:
A pesar de sus tan solo 28 años de edad, Amber ya había sufrido una cantidad impresionante de dolor y angustia. Su rostro, a pesar de su juventud, reflejaba el peso de una existencia plagada de adversidades. La cascada oscura de su espesa cabellera caía con gracia sobre sus hombros, marcando su pálido y delicado semblante. Aunque su estatura era promedio, su delgadez delataba una alimentación insuficiente. Siempre elegante en sus atuendos, parecía intentar esconder su juventud bajo una fachada de madurez y sobriedad propias de su oficio de abogada. Sin duda alguna, tenía un futuro brillante por delante, pero siempre se podía ver una profunda tristeza en sus ojos y postura. No se podía culpar a esta joven mujer, cuya vida había sido llena de dificultades desde temprana edad.
Ahí notamos el perfil de Ámbar, decaído, existencial, nuestra Antígona, de hecho, a partir de la tragedia, la Antígona de Sófocles, simboliza en Atenas en el 442 a.C., a una mujer que se enfrenta al poder. En realidad, la joven paga el precio de pertenecer a una familia sobre la que los dioses lanzaron una maldición. Nos recuerda a Sófocles y, antes que él, nos recuerda a Esquilo, en los Siete contra Tebas.
¿Cuál es la terrible maldición que la persigue a ella, a su padre Edipo, a su madre Yocasta y a sus hermanos Eteocles y Polinices? Veamos en el siguiente párrafo:
—Estimados miembros del honorable tribunal, en esta ocasión, no me limito a asumir el papel de un simple juez. Comparezco ante ustedes como una encarnación emblemática del sistema judicial que nos rige. Se han presentado numerosas pruebas para sustentar la defensa, ya sea en forma de normas legales, documentos oficiales o testimonios de testigos presenciales. Cabe destacar que dichas pruebas están sólidamente fundamentadas en argumentos jurídicos y legales, los cuales deben ser debidamente considerados en la decisión final. La responsabilidad de este tribunal es garantizar que la justicia prevalezca en su más pura esencia, defendiendo los derechos de ambas partes involucradas en este caso. Por lo tanto, insto a vuestras excelencias a examinar estas circunstancias con la debida minuciosidad antes de llegar a una determinación.
La novela insta de una estructura lingüística literaria de gran acierto estético. Por el empleo del argot jurídico en el acto de habla del proceso judicial, lo refleja con audacia narrativa dialógica. Se evidencia el trabajo que no se agota en una riqueza plástica, por eso, consideramos que esta tercer novela de Melvin Salgado, que con una capacidad elevada de inventiva, destreza lingüística, y por su honestidad literaria de representar los conflictos humanos de manera universal, el ciudadano del mundo, no hay fronteras, no hay líneas que no separen a los humanos, vivimos las mismas catástrofes, los mismos pesares, y este trabajo se nota una labor estética, de inyectarle profundidad a cada personajes, desde Rafael en el Pirómano, a Jonás en juego de apariencias y ahora Ámbar en la trampa del subconsciente. Nos referimos a lo que expresa Lily Litvak[3]: “La mujer es utilizada como uno de los símbolos más importantes, encarna la crueldad, la sensualidad perversa, la posesión del espíritu por el cuerpo. El demonio toma forma de mujer para seducir al hombre. Salomé, Dalila, Eva, Circe, Cleopatra invaden la iconografía de la época. Es la seductora que atrae a su presa con sus largos y ondulantes cabellos”. Eso universaliza la novela hondureña, es un mérito que Melvin se ha ganado a pulso en un trabajo arduo de escritura, no facilista, sino una narrativa que va bien construida y escrita.
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Antígona moderna en el pensamiento de Ámbar, nos parece un enunciado puntual para una interpretación en clave de la novela que nos ocupa. No se trata de feminizar, sino que la mujer posmoderna ha conquistado terrenos que le fueron arrebatados, no solamente por el Oikos, la casa, el hogar, la primera mujer primitiva fue la iniciadora del agro, fue la primera que cultivo la tierra, ejercicio económico que hace el hombre, la tierra es vientre que pare, la mujer es vientre que no solo pare hijos, sino, que también pensamiento, no es la guerra contra el hombre, aunque si, el Creonte moderno, ha acallado a la mujer moderna.
Ámbar se las juega todas, en ese estado de conmiseración en que se desarrolla la novela, en su afán de vencer al sistema, de servir a otros, la ética de Levinas, ver por el otro, la ética dialógica de Habermas, por eso, la profesión de abogada, refleja ser un medio que buscó para revolucionar las estructuras oxidadas del sistema oficial, cuánta gente en la penitenciaria sin un proceso adecuado, porque emplean procedimientos viciados, que son validados por el machismo de jueces que acudieron a una jurisprudencia manoseada e injusta por el amor al dinero, o por el conservadurismo que se juega en la apariencia, el sistema jurídico ha fracasado, Ámbar, lo refleja en su accionar. Para Karl Marx, el trabajo conduce a la alienación. Ese es el tema de Byung Chul-han[4]: la nueva alienación.
El hombre se ha convertido bruscamente en el explotador de sí mismo por un propio afán desmesurado de competir, hambre de éxito, que ha vivido como "realización personal", primera trampa. Uno se explota a sí mismo hasta el colapso, segunda trampa. El sistema neoliberal ha sido internalizado hasta el punto de que ya no necesita coerción externa para existir, tercera trampa. Y, por eso, el síntoma de nuestra época es el cansancio, cuarta trampa, desde nuestro análisis sociocrítico, la novela a efecto de simbalon, a efecto de metáfora, a efecto de una metonimia, lleva a cabo todo un engranaje ficticio, ideal para comprender las fallas podridas de la sociedad actual, sea europea, latinoamericana, asiática, Melvin no se detiene, en saber si estos temas son localistas, o particulares, sabe a ciencia cierta, que esta tratando temas de cariz universal, de carácter holístico.
En medio de su pánico, recordó las palabras de la doctora Victoria. La mente humana posee el poder de crear ilusiones y monstruos, alimentados por nuestros propios terrores y traumas. ¿Sería esta figura una encarnación de sus propias inseguridades y malestar psicológico? Mientras trataba de encontrar una explicación racional para su presencia, Amber se dio cuenta de que era tiempo de enfrentar su pasado y sanar para poder avanzar en su vida.
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El otro lado de Ámbar, la parte oscura, oculta, la parte que no podemos percibir, digamos, que es la apariencia que se esconde adentro y la esencia se trasmuta hacia afuera, lo que se capta, una situación inversa, la Antígona, la Medea, la Elektra posmoderna se ha preparado para derrotar los recuerdos que vienen como rayos de alto voltaje eléctrico a despojarla de todo, el tormento, la epilepsia filosófica, la pausa del tiempo, estática del movimiento, movimiento en estática, un ralentí,un congelamiento del tiempo, no hay apresuramiento, hay un embrague en la acción, los acontecimientos en el plano pragmático develan las sombras, quitan las máscaras, y difuminan las posibles verdades de quien es Ámbar.
Con el tiempo, Amber comprendió que el resurgimiento de su padre en sus recuerdos había sido su mente intentando procesar y superar su dolorosa ausencia. Era evidente que ningún ser humano puede escapar de su destino, y ella estaba dispuesta a enfrentarlo con fuerza y valentía. Aunque no sabía qué le depararía el futuro, estaba decidida a no huir de él y enfrentarlo como una verdadera guerrera. En su camino hacia la sanación, también se dio cuenta de que había una parte de ella, tal vez su inconsciente, que siempre había sabido la verdad sobre su padre. Al fin y al cabo, el poder curativo de la mente es infinito, y Amber estaba lista para explorar y descubrir todo lo que su interior tenía por ofrecerle.
El amor decae, la venganza rige, la sociedad del rendimiento al abismo, el eros fallece, el capitalismo revive, el Creonte moderno, el deber pasa al poder, la opacidad pasa a la transparencia, el amor a la sexualidad pura, con la verdad, que no se puede amar al otro, sino solamente consumirlo. Eso es lo que Ámbar quiere que veamos con el microscopio de nuestra alma.
Las turbulencias dentro de la mente de Amber eran indescriptibles, un remolino caótico de pensamientos confusos y miedos indomables que se entremezclaban sin cesar. ¿Cómo era posible que alguien tuviera el poder de controlar sus recuerdos y manipularlos a su antojo? ¿Quién era realmente esa entidad oscura que la acechaba incesantemente, provocando estragos en su ser? Al reflejarse en el espejo, apenas podía reconocer a la figura desenfocada que le devolvía la mirada. Su cabello enmarañado y su rostro pálido reflejaban la agitación y el trauma que había sufrido recientemente. Sus ojos seguían guardando sombras oscuras debajo de ellos, marcadas por noches de insomnio en un intento desesperado por descifrar el enigma que la atormentaba.
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Barthes nos expresa que todos los materiales que se han usado para la escritura representan la totalidad, la escritura es única, efectivamente, no puede dividirse, es hologramático, un fragmento, dice Barthes, es una esencia la escritura. “Por esa razón, nos guste o no nos guste, todo fragmento, desde el momento en que se escribe, está ya terminado; por eso no puede compararse una obra fragmentaria a una obra seguida; en fin, por esa razón es por lo que nadie se atreve a negar la grandeza de las obras fragmentarias: grandeza, no de la ruina o de la promesa, sino del silencio que sigue a toda terminación”.
Culminamos la interpretación de esta otra novela de Melvin Salgado, para deplorar, que estamos frente a una obra inacabada, que sigue escribiéndose, que es solamente un rizoma del bulbo, que es una raicilla de lo que continua, es parte del universo estético de toda la obra narrativa de Melvin Salgado. Por ello, un acierto más que se suma a su hoja de vida, una pieza mas del rompecabezas, vale la pena, seguir los sinuosos caminos de la creatividad, bienvenidos una vez mas a esa novela que nos imbrica a desenmascarar la sociedad moderna y a quitar los velos a esas trampas que sacuden nuestro subconsciente a pesar de la locura.
[1] Slavoj Žižek Menos que nada Hegel y la sombra del materialismo dialéctico. © Ediciones Akal, S. A., 2015 para lengua española
[2] Peter Sloterdijk Esferas II Globos Macrosferología © Ediciones Siruela, S. A., 2004
[3] https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-lectura-feminista-en-la-literatura-el-caso-de-delmira-agustini/html/8e1250ec-130d-4944-87af-325f62c8fb31_2.html
[4] HAN, Byung-Chul, Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder, Barcelona, Herder Editorial, 2014
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