Capitulo de la novela "Morazaglia". Oscar Sierra Pandolfi

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Nació el 3 de octubre de 1792 en la casa central de Villa San Miguel en Tegucigalpa. Bautizado el 16 de octubre de 1792 en la iglesia parroquial de Nuestra Señora San Miguel. Sus padres fueron el criollo antillano Eusebio Morazán y Alemán, inmigrantes de Córcega (Reino de Italia) y Guadalupe, de Centroamérica, descendientes del Quesada Borja. El pueblo gritó y cayó en las grietas del dolor, y el peso de la tarde cayó sobre ellos bajo los árboles de Guanacaste. Deberías saberlo, lo mataron, nadie dijo nada, simplemente lo llevaron al pelotón de fusilamiento. No ser juzgado y defenderse de las leyes romanas y españolas. Hecho un desastre. Josefa estaba entre la gente reunida fuera de la tumba. Los muertos están miserablemente muertos. Sabes que la vida tiene un final, no sabes cuándo morirás, no sabes cuándo nacerás. El destino no existe y el tiempo tampoco. Porque en esta ciudad demoníaca, algunos matan, otros matan, algunos mueren, todos matan. María Josef Lastiri vio caer la tierra al pozo. La lluvia empezó a chapotear sobre el suelo y la tierra mojada desprendía olor a flores. Huele a muerte, huele a vacío, el vacío no tiene olor, la nada no tiene nada. El olor viene de lejos, y el olor a lo lejos es el olor de las flores, el olor del agua de las flores. Esto es lluvia. Dicen que Dios se pondrá triste cuando una persona muera, deja de decir tonterías. Dios no se mete con nadie y a los muertos los matan mientras están vivos. Porque sabes que para morir hay que estar muy vivo.

Miraste a doña María Josefa con culpa en los ojos. En los ojillos amargos, en los labios frescos de la abuela, nadie se adelantó para expresar su simpatía, todos fingieron no comprender. Aunque todos en San José saben que mi General Morazán murió con honor en su corazón, sospecho que ver la unificación de Centroamérica provocará aún más muertes. Eso me dijo Pascal cuando hablamos después de la guerra. Mi general Morazán, que él mismo nos trajo de Honduras a Texiguat para acompañarlos en la batalla, me dijo. Sabes, aunque mi General Morazán es hijo de una familia adinerada, no puede estudiar sistemáticamente. Sólo en la empobrecida ciudad de Tegucigalpa, el Convento de San Francisco ofrecía cursos de religión, ciencias, moral y gramática latina impartidos por el hermano José Antonio Murga.

La señora Seba vino a visitarnos y la casa estaba revestida con paredes de madera y Bahareque. El patio olía a estiércol de cerdo, las gallinas cantaban y salí a buscar un montón de hojas de llama. Janco de la Paz, un ex soldado de mi general Morazán, recogía trigo detrás de la finca. Esa bruja llegó en el momento equivocado, creo que tiene la lengua pesada. Lo aceptará, lo aceptará - me dije en voz baja. Me acerqué a él y le pregunté. Me incitó con sudor en la frente, la señora estaba allí, su rostro transformado en el tiempo escrito en su rostro…. Me dijo que el motivo de la visita era para contar que las señoras de Morocelli estaban organizando un acto en memoria de los partidarios del General Morazán. ¡Wuwuwuwu¡

Al anochecer me quedé como una roca y caí en un sueño profundo. Corrí detrás de mí y una sombra negra como papel negro vino hacia mí. Juancho y los otros indios Texigwa están huyendo, saltando rocas, montañas, volando. Sentí que mi alma se separaba de mi cuerpo.

Mirando hacia atrás, vi una caravana de caballos oscuros galopando. Dejé de mirar y un grupo de esqueletos vino hacia mí. Sacudí la cabeza y rompí mi sueño. El sol empezó a brillar en mi cara a través de la ventana junto a la cuna destartalada de mi hermano. Me senté en el borde del lecho de ramas y pensé por un momento en el sueño a la luz del candelabro. Por lo que usted me dijo, puedo decirle que detrás de nuestro General Morazán, hay un cerebro político. "Juraron que lo matarían", me dijo David con una sonrisa arrepentida. Dígame en serio, el hombre era don Agustín de la Serna, y él mismo me dijo que nuestro general llevaba varios días teniendo problemas con nosotros, y que todavía estaba enojado y trataba de tratarnos como hermanos, como hojas en el mismo árbol. Es un buen augurio si lo encontramos y le informamos de su muerte. Dije dolorosamente, de lo contrario sus amigos pensarían que estamos locos, pero vámonos. La casa está amueblada con un columpio y maceteros en las ventanas de ladrillo.

Juancho y Yancho llegan juntos sin malicia alguna. Juancho llamó a la puerta, preparado. Un hombre hosco con un sombrero andrajoso y rayado. Si vieras a ese tipo con la pistola negra, se me saldrían los ojos de las órbitas.

Señor. Agustín asistió a nuestro evento con las cejas pintadas y una barba espesa que parecía un cepillo para botas (recuerde, no había cepillo).

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Un joven llamado José Francisco Morazán se convertirá en gendarme de diamantes, pulido por las lecturas de Montesquieu. Irresistible, incansable - autodidacta. Con la velocidad de una gacela, podrá aprender y superar las barreras del tiempo y cruzar el muro de la educación y el conocimiento científico. Todo contra el blindaje impuesto por el Estado colonialista. El abogado Dionisio de Herrera fue un estudiante diligente y estudioso en la biblioteca de su primo. Allí estudió matemáticas, pintura, historia y derecho. Trabajó duro para aprender francés. Esto le dio un amplio conocimiento de los pioneros de la Revolución Francesa. Leyó "Carlomagno", "Aníbal" y otras historias antiguas. No sólo era amigo del verdadero francés Nicolas Raoul, sino que sirvió en el ejército de Napoleón Bonaparte y emigró de su país natal en 1815, después de la batalla de Waterloo y la abdicación del emperador. (Montúfar habló con cautela). ... tenía un enfoque contemporáneo en las obras de autores enciclopédicos.

Su fascinación por el genio de Montesquieu y el contrato social de Jean-Jacques Rousseau, le dieron una sólida cultura política.

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Sólo un niño pequeño, un niño pequeño con el vuelo de un pájaro y la fuerza de un jaguar. Su padre, don Eusebio Morazán, quería llevarlo a vivir entre las montañas en ruinas de Morocelli. Entre la música de la brisa y el frío canto de la golondrina. Tiene la oportunidad de convertirse en el asesor centrífugo del alcalde.

Su temprana experiencia le hizo analizar y comprender exhaustivamente las teorías de Hobbes y Locke. Convencido de que llegará a ser notario, se trata de una tarea difícil que emprenderá en los albores de la habilidad y en la bruma rudimentaria de la autoformación. Señor. León Vásquez, es un buen hombre.

No sé hasta dónde puede llegar su aprendizaje con su actitud tolerante en su juventud.

—Me pregunto hasta dónde llegará un joven soñando con Excalibur y se convirtió en Marco Aurelio contra los etruscos.

Me pregunto cuánto habría crecido su coraje en su juventud, preparándose para el futuro leyendo y luego teniendo la visión de convertirse en un gran soldado.

—¿Hasta dónde podía llegar su conocimiento de la ley codificada por los grandes Licurgo y Solón? 112 momentos, 23 años de espera, 100 metros en el aire, sobre el techo del conocimiento enciclopédico tibetano, aprenderá de Montesquieu y Rousseau a través de "Emilie".

Ésta no es la época medieval de Le Goff. Tampoco hay un resurgimiento de Corbyn. Una sombra quebrada se diluyó entre la razón de Descartes y la unión de razón, y fe de San Francisco de Asís. Los pensamientos de Galileo y sus mecanismos cósmicos abrirían las compuertas a las galaxias. Gutenberg convirtió sus ideales en litografía antes de que el muro de la historia se deslizara hacia el conservadurismo de una potencia colonial mediocre, atrayendo la atención sobre sí mismo, durante tres siglos de gobierno. No olvides escribir en Ajaccio, el lugar de nacimiento de Napoleón Bonaparte, cerca de una isla llamada Morazaglia. También nacerán descendientes de los abuelos de Francisco Morazán. No olvides cuántas veces fue amenazado y acosado. Fue presidente de la federación e introdujo los principios universales del comercio y la diplomacia internacionales. En un momento tuvo que negociar con su mayor enemigo.