El modelo de composición musical muy frecuentemente ha servido de esquema a grandes obras de nuestro tiempo. La influencia de la música es innegable en escritores como Joyce, Faulkner, Mann, Proust (para quien, como se sabe, la sonata de Vinteuil tiene en En búsqueda del tiempo perdido un carácter emblemático). Personalmente escucho mucha música, y frecuentemente su perfección formal despierta en mí la nostalgia de un relato que sea forma pura, a lo cual tiende, sin ninguna duda, El limonero real que, hacia el final, busca desprenderse de los acontecimientos para resolverse poco a poco en forma pura. Se puede decir también que el ritmo de la prosa, las repeticiones, la aparición de los distintos temas, su desarrollo, y entrelazamiento son de naturaleza musical. Sin embargo, más que esas analogías, son ciertos procedimientos de composición musical que pueden ser fecundos y en los que se puede reconocer a veces la verdadera naturaleza de la práctica narrativa. Recientemente oí decir a un especialista que Johann Sebastian Bach, cuando componía para la viola de gamba, que es un instrumento muy adecuado para los acordes, los eliminaba completamente, y que por el contr
ario en las suites para violoncelo los usaba en abundancia, por la simple razón de que el violoncello es un instrumento que se presta poco para eso. En esos procedimientos se verifica la ley estética de la resistencia a los materiales, y creo que un gran escritor trabaja siempre desde esta perspectiva, proponiéndose de antemano lo imposible y buscando deliberadamente la dificultad, para tratar de vencerla. Si no existe esta resistencia el interés del trabajo narrativo desaparece y con él la tensión propia a toda gran literatura.
En cuanto a la pintura me gusta sobre todo ver la retrospectiva de un pintor para tratar de percibir, a través de su evolución de las formas, el fundamento de su búsqueda. En una época en la que de todas partes lo arbitrario solicita al consumidor indeciso, la perseverancia de una lógica de las formas, desinteresada y solitaria, que muestra con precisión y rigor la vía que lleva al artista a sus imágenes irrefutables, me parece ser una de las tareas primordiales del arte.
Juan José Saer
Entrevista con Gerard de Cortanze
El concepto de ficción
Editorial: Rayo verde
FUENTE: CALLE DEL ORCO
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