PRESENTAMOS LA AUTOBIOGRAFIA DEL ESCRITOR Y DOCTOR GALEL CARDENAS, UNO DE LOS GRANDES ESCRITORES DE HONDURAS.

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AUTOBIOGRAFIA DE GALEL CARDENAS
Nací en San Pedro Sula, departamento de Cortés, el 10 de agosto de 1945. Provengo de una familia modesta, formada por un profesor de educación primaria y un ama de casa.
Mi madre, María Amador, oriunda de Intibucá, estudió hasta el sexto grado, de ella recuerdo el misterio del realismo mágico propio de los pueblos rurales. Sus cuentos de aparecidos, de leyendas sobre los ríos y montañas donde habita el duende, y existen lugares encantados, aún resuenan en mi recuerdo de la época. Sus narraciones sobre las guerras intestinas en las que peleaban el general Vicente Tosta y Francisco Ferrera eran sumamente vívidas. La familia de mi madre de ascendencia terrateniente siempre miró con recelo aquella pareja un poco discordante: el realismo mágico, las costumbres rurales, y la racionalidad de un profesor de escuela, que un tiempo militó en el partido comunista de Honduras.
Mi madre siempre fue idealista, manejaba proyectos ingenuos sobre el comercio demasiado familiar, casi íntimo, en los cuales me involucraba, por ejemplo mandarme a vender con mi prima Carmen Cárdenas, semitas y espumillas a los campos bananeros de Olanchito y Arenales.
A lo mejor un poco de ese realismo mágico de mi madre le haya devenido por profesar la religión católica en las que nos matriculamos como una tradición del occidente de nuestro país, en donde, como sabemos, las prácticas religiosas constituyen un sincretismo con las prácticas indígenas. Flores, frutos, rezos, hogueras, comidas típicas, días de guardar, asistencia los domingos a la iglesia, sacerdotes, beatas, rosarios, nueve días de rezo, en fin, toda una tradición que se queda pegada al corazón y a la memoria como una segunda piel plena de identidad nacional.
Mi padre Dionisio Cárdenas, fue un maestro muy reconocido por sus colegas de la década del 40 y del 50, fue compañero del profesor Víctor F. Ardón, Víctor Cáceres Lara, Eliseo Pérez Cadalso, Rafael Bardales y más tarde fue compañero de Rafael Pineda Ponce, de la profesora Socorro Amador, Salomón Sosa, Hipólito Morel, Nicolás Urbina, doña Adela de Urbina, Saúl Zelaya Jiménez. Es decir fue amigo de una pléyade de hombres que vivieron la época de las ideas de José Vasconcelos, José Enríquez Rodó, Ricardo Rojas, Rafael Martínez Arévalo, etc. Eran las ideas de un magisterio que propugnaba el nacionalismo como fuente de identidad nacional o sea la la latinoamericanidad.
Era la época en que Alcides Arguedas y Carlos Octavio Bunge planteaban el tema de los males endémicos de América en textos como Nuestra América, ensayo de psicología social o de Pueblo enfermo, contribución a la psicología de los pueblos hispanoamericanos. Era una generación que trataba de reivindicar la mesticidad hispanoamericana con tesis como la raza cósmica y su indología de Vasconcelos o Ariel de José Enrique Rodó y la de El Tiburón y las Sardinas de Arévalo Martínez.
Es también el momento de los grandes narradores del paisaje rural de América Latina: Los de abajo de Mariano Azuela, Doña Bárbara de Rómulo E. Gallegos, Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes, o La Vorágine de Eustasio Rivera.
Es por esa razón que mi padre llevó a la práctica tales ideas, al grado de colocar nombres con sentido histórico, a sus hijos: Galel, Honduras, Sinergia y Quxabel. Tradición que hemos conservado familiarmente.
Gracias a esta práctica siempre nuestra familia fue considerada rara en las colonias donde vivimos, nos apodaban la casa de los nombres raros. Mi hermana Honduras sufrió su nombre cuando niña. Por ejemplo, los telegrafistas no querían enviar sus mensajes cuando se trataba de felicitar a su padrino, el gran maestro sampedrano Rubén Antúnez, decían aquellos “ignaros” que el país no podía enviar un telegrama a una persona. Y mi hermana Honduras Cárdenas Amador, siempre se firmó Honduras C.A. Pues bien, en cierta oportunidad vivíamos en el barrio la Hoya donde éramos vecinos de la familia Salinas, fabricantes de cohetes. Un día estalló la cohetería y las casas sufrieron mucho deterioro. Una de ellas, donde habitaban los propietarios se vino abajo y aplastó varias personas. El caso es que mi hermana salió despavorida hacia la calle al escuchar aquella tremebunda explosión y medio a medio, presa de pánico se desmayó, lo peor era que sangraba del pecho. Los bomberos prestos la recogieron y la llevaron al hospital San Felipe. Los doctores después de revisarla y observar que no poseía mayores daños, le preguntaron por su nombre. Mi hermana no lo recordó en la primera ocasión del interrogatorio, por lo que tuvieron que inyectarle un sedante, esto sucedió tres veces. A la tercera vez y después de haber dormido casi 20 horas, se le acercaron y le preguntaron el nombre, mi hermana entre dormida y despierta respondió que se llamaba Honduras. Inmediatamente le pusieron otro sedante por que creyeron que estaba loca. Así que hasta que llegó mi padre a corroborarles a los doctores su nombre, ellos entendieron que se habían equivocado.
A la edad de doce años escribí un poema que resultó un éxito en la escuela Luis Landa de Siguatepeque, siempre me pedían recitarlo en los actos cívicos. El tema del poema era el árbol.
Mi padre fundó, junto con otros colegas, una revista que se llamó Sinergia y pertenecía a una federación de maestros de su época. Luego la continuó hacia los años setentas y me involucró. Era ya un adolescente, publiqué en ella un trabajo sobre Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Me había asesorado para escribir, también, la tesis de bachillerato sobre el tema el origen del hombre, en el instituto Alfonso Guillén Zelaya. Podría confesar que primero publiqué ensayo y no poesía. Y un día entregó un artículo mío al director del periódico semanario El Alfiler de don Pedro P. Aplícano.
Mucho tiempo después, ya un joven adulto, experimenté el primer verdadero amor, que fue prohibido ya que la musa era una mujer casada. Tuve un tórrido romance, inolvidable, su marido estudiaba en Europa, ella tenía dos hijos, fue la primera mujer que escuchó mis poemas primitivos sobre el amor; parte de esa historia se encuentra en la novela De la oscuridad a las brasas. Es mi homenaje a Luisa L. Carías quien un día en medio de besos, abrazos, y entrega total, expresó que miraba en mi poesía una potencialidad que había de ser afinada.
Más adelante ingresé a la Escuela Superior del Profesorado, después de haber perdido un precioso tiempo en la búsqueda de mi propio destino, o sea el camino de la redención personal: la literatura.
Estudié el profesorado en letras. Con mis pocos conocimientos de literatura comencé mi carrera como escritor, recuerdo haber ganado no menos de dos veces el premio de poesía al interior de esta institución. Mis maestros fueron Andrés Morris (español), Julio Escoto, Julián Lanza, Leslie Castejón, Delia Ondina Pineda. Mis compañeros de generación fueron Roberto Zapata, lingüista, Ramón Hernández, lingüista, Nery Víctor Quiñónez, profesor de letras, Juan Antonio Medina, ensayista.
El aprendizaje de la literatura en la escuela superior del profesorado Francisco Morazán, fue básico y nutricio, aprendí ejemplarmente la trascendencia del compromiso con la literatura, cuya descripción se puede observar en el final del poema Autobiografía de Juan Ramón Molina:
“He abrevado mis ansias de sapiencia

en toda fuente venenosa o pura,

en los amargos pozos de la ciencia

y en el raudal de la literatura”

Y también aprendí de Paul Verlaine de su “Arte Poética” estas afirmaciones:
“¡Siempre la música continuamente!

Sean tus verss tan superiores

Que huir se sienta desde tu alma

hacia otros cielos y otros amores .

Sean tus versos la buena nueva

Suelta a los vientos, a la ventura

Que florecer hace los mirtos…

Y lo demás…literatura.”

En el camino me tocó luchar contra el medio y los colegas, y sin embargo, proseguí el sendero trazado, la meta segura y sobre todo, la confianza en mí mismo, por eso recuerdo haber asumido, el escepticismo como un arma defensiva, en los versos de Bertolt Brecht:
“Escapé de los tigres

Las chinches alimenté

Pero fui devorado

Por las mediocridades”

Siendo estudiante de la Escuela Superior del Profesorado obtuve el Segundo Lugar de Poesía Centroamericana en Quetzaltenango, Guatemala (1970). Conocí e esa oportunidad a Rafael Góchez Sosa, un poeta salvadoreño de Santa Tecla, muy amoroso y solidario.
Conocí en esa época a María Teresa Alvarado con la cual me casé y procrié dos hijas Dafne Ixtab y Nicté Orfalís. Después de haber sido director del Instituto Mateo Molina de Pespire, estudié en Bogotá (1977) la licenciatura en Filosofía y Letras, con especialidad en literatura. En mi estadía por aquella bella ciudad hospitalaria, concursé a nivel universitario nacional y obtuve el primer lugar de poesía colombiana universitaria, con el texto “Puerta de Golpe”. El libro nunca fue editado. Algunos antólogos me incorporaron en sus libros de poesía como poeta colombiano.
En 1982 el Sitraunah publicó mi libro de poesía “Poemas en Nicaragua y otras partes”, mismo que constituyó un doble homenaje, primero a la revolución sandinista y segundo a mi hermana Quxabel Cárdenas, alias, Comandante Carolina, guerrillera en esa época del Frente mencionado.
Regresé un tiempo a Honduras y volví a Bogotá (1984-85) a cursar el doctorado en Literatura.
En 1986 obtuve el premio latinoamericano de poesía “Rubén Darío”, otorgado por el ministerio de cultura del gobierno nicaragüense sandinista. El libro premiado se titula “Pasos de animal grande”, el jurado de este premio fueron los escritores Roberto Morales, Jorge Luis Oviedo, y Gioconda Belli. En ese mismo año me separé de mi primera esposa.
En 1988, obtuve el premio de poesía Juan Ramón Molina, a nivel Centroamericano, otorgado por el ministerio de cultura del gobierno hondureño, con el libro “Sendero abierto y Luminoso”, mismo que nunca fue publicado por las autoridades correspondientes.
Luego me casé con Silvia Vásquez Cubas con quien he procreado dos hijos Galel Yaxkín y Dayra Ixek. Puedo expresar que con este matrimonio pude enhebrar el hilo del oficio de narrador, por alguna razón que desconozco. Es por eso que publiqué en 1992, el libro de cuentos “La sangre dio una sola vuelta”; la novela “Zona Viva” en 1993; el cuento largo “Llama de todos los poros” en 1994.
Texto que es la génesis del libro “Fiebre sin Fin. El último gol”, que me ha editado Letra Negra de Guatemala. Este es un libro que ha ido muy bien comentado por diferentes lectores críticos. Tengo la impresión que debo escribir el intermedio de la novela, o la historia, debido a que el libro está dividido en Primer Tiempo y Segundo Tiempo. Esta es una novela inconclusa ya que le falta al menos una parte, el intermezzo.
En 1998 la Editorial Universitaria me publicó la antología de metodología literaria “Teoría y práctica del análisis literario”, pero anteriormente me publicaron una antología de textos sobre el estudio generacional de la literatura denominado “Primer Simposio de Literatura Hondureña”, texto que Oscar Cerrato, a la sazón administrador de la Editorial Universitaria, no quiso reconocer los derechos de autor de la antología. Algún tiempo después produje textos académicos como ser Lengua y Literatura en la Enseñanza Superior, en tres tomos, desde el 2000 hasta el 2005.
En el año 2002 publiqué mi libro de poesía “Estación Madura”. Este libro representaba el rompimiento con el discurso político de Pasos de animal Grande, y tiene en partes poesía de breve aliento que se refiere a la existencia del hombre, al misticismo y sobre todo al amor y algunos poemas relacionados con el sentimiento patriótico.. En el año 2003 incursioné en un género poco cultivado por los escritores hondureños, la fábula, y fue así que se publicó el texto “La Exótica algalia y su fabulario”, estilo moderno de fábula, que nada tiene que ver con Augusto Monterroso o Sergio Ramírez. La fábula en los escritores hondureños contemporáneos ni siquiera ha sido incursionada, por ello quise experimentar en este género tan didáctico y tan apasionante. Me atrevo a pensar que invento una fábula especial doméstica de animales y cosas que están conviviendo con uno en la ciudad, en la casa urbana. Y contrario a Monterroso y Ramírez que usan una fábula política, las mías son casi domésticas y principalmente plenas de una gran nimiedad, con un lenguaje conversacional bastante fresco.
La editorial Letra Negra de cobertura centroamericana y mexicana, me editó el libro de cuentos “Tiempo de frío”. En Tiempo de Frío traté de superar los otros relatos de “La sangre dio una sola Vuelta” que eran más politizados por que representaban la época de la seguridad nacional de Gustavo Martínez, Roberto Suazo Córdova y José Azcona del Hoyo. Por eso el inicio del libro está determinado por un personaje que es golpeado y hostigado por su mujer, en un claro contrapunto al machismo de la cual se quejan las feministas. Siempre tienen un transfondo intertextual dado que soy hijo de ese tipo de literatura que se cultivó y se cultiva después del Boom. Algunas veces cultivo el relato fantástico, otras agrario y los demás de orden cotidiano sin trascendencia, tal como decía Joyce, un antihéroe.
Helen Umaña publicó en el año 2005 su “Panorama crítico del cuento hondureño”, en cuya introducción mencionó mi ensayo metodológico sobre las generaciones hondureñas, que había sido presentado como ponencia en el “Primer Simposio de Literatura Hondureña”, como el único acercamiento científico y válido para realizar un recuento generacional del proceso de formación de la literatura hondureña.
Es por es razón que edité el folleto “Esquema Generacional de la literatura hondureña”, a fin de salir a la palestra con ese planteamiento histórico. Seguidamente ingresé a la Academia Hondureña de la Lengua y mi discurso de ingreso se denominó “Prolegómenos a un estudio generacional de la literatura hondureña.”
Este año, 2006, la editorial Letra Negra publicó mi libro de poesía “Días de la Palabra” y por mi parte edité el texto narrativo “De la oscuridad a las brasas”. Cada uno tiene su propia historia y su propio mérito.
“Días de la Palabra” es un libro de poesía que reivindica la retórica como elemento esencial de la lírica contemporánea y es una respuesta a las generaciones que asumieron la estética vanguardista de la poesía militante, documentalista. Hay demasiado joven que cree en una práctica conversacional de la poesía sin el aditamento artístico. Sus temas son el amor primigenio correspondiente a la parte Río Diverso, el amor que pertenece a la parte Murmullo del Coral y la poesía existencia que contiene la parte “Simple silencio de lo huido”. A mi modo de ver, es un libro que jalona un poco la poesía retórica nacional. Un simple repaso a los títulos de los poemas puede corrobar este acerto.
“De la oscuridad a las brasas” responde a un homenaje al pueblo chortí de la aldea El Carrizalón y esencialmente a tres informantes amigos entrañables, Pilar Pascual, un ladino indigenizado, Modesto Oaxaca, mi principal informante, y el maestro de maestros, el chucurero, don Angel Rivera que ya murió.
Don Ängel Rivera, era el chamán de la región, depositario de la herencia cultural religiosa e indígena. Oírlo hablar era como escuchar un profeta. Este texto está compuesto por varios escritos en tiempos diferentes, pero, forman parte de un proceso de escritura que todavía no termina debido a que me encuentro escribiendo la segunda parte de la novela.
Entre 1994 y 1996, dirigí la investigación sobre literatura oral chortí, y pude darme cuenta de la lucha agraria que la zona indígena campesina libra. No puedo dejar de mencionar a un gran amigo antropólogo Lázaro Flores, porque gracias a su trabajo in situ pude conocer estos personajes que ahora toman vida en la novela.
La técnica empleada viene siendo así como una serie de relatos independientes que al repasarlos en su totalidad, producen exactamente esa idea: la totalidad, es decir una novela.
Es una novela que plantea tres clases de amores, el pasional, el antropológico y el agrario. El pasional encarnado en los amores de Adeliano Meléndez que conoce a Luisa Liliana, se enamora de ella, pero finalmente debe dejarla. Luego conoce a Diótima la fervorosa, y se burla de ella, la deja abandonada. Diótima se convierte luego en dirigente agraria y emprende la lucha por la organización campesina indígena de la región, la acompañan Pilar Pascual,



Modesto Oaxaca y don Angel Rivera. La lucha por la sobrevivencia étnica es singular y se demuestra mediante los ritos y visiones de mundo que los personajes van exponiendo a lo largo de la obra, mismos que en la segunda parte se profundizará.
Diótima es reconocida como la antigua Comizahuala, que llegó en calidad de heroína civilizadora, en tiempos pretéritos a enseñar a los chortís, el cultivo del maíz, y los aspectos culturales más relevantes. Su papel es preponderante en esta novela trágica, debido a que Diótima, pareciera ser tres personajes, la fervorosa, una dirigente activa y apasionada, la mujer sencilla, amante de Adeliano Meléndez, y la gran dirigente campesina agraria indígena, que al morir deja trunco el proyecto organizativo de la región.
La segunda parte dejará al desnudo las contradicciones sociales, el papel del ejército, la policía, los terratenientes, en fin, una novela nacida como experiencia de la investigación sobre literatura oral chortí y un compromiso moral de inmortalizar estos nombres que por ahora son anodinos, como así mismo la lucha ferviente por la tierra, en plena era de globalización.
Tengo una anécdota sobre la rápida presentación del libro en el seno de II congreso escritores centroamericanos celebrado en Tegucigalpa, en agosto del presente año., resulta que frente al público dediqué la lectura de uno de los capítulos a una pareja de escritores guatemaltecos, sobre todo por que parte de este fragmento se desarrollaba en Guatemala, sin embargo, por la premura y tensión del acto, leí otro capítulo, que era completamente erótico. Me contaron mis amigas, las escritoras Soledad Altamirano y Yadira Eguiguren, que la escritora centroamericana lloró por la vergüenza que le ocasionó el texto, ya que ella pensó que todo el público la miraba y criticaba por su relación clandestina con su pareja.
Esta anécdota es un vivo ejemplo del poder de convicción que tiene un texto, por un parte, y por otra, pese a la ficcionalidad de la literatura, a veces la realidad y la invención estética pueden conmocionar a un lector.
Mi última novela PARED DEL AGUA constituye otra alternativa temática a y experimental de narrativa, pues, en esta novela que representa un amor imposible y morboso, por la enajenación que padece el personaje Valmont Espinoza. Esta novela fue concebida como policial, psicológica y filosófica, además de amorosa. Se sale de la línea de novelas policiales tradicionales por cuanto ha sido estructurada de manera experimental, característica de la cual no participan los narradores de este tipo de novelas.
Los nombres fueron escogidos de manera muy especial para instalarse en la universalidad metropolitana. Y a fin de que no fuese un corriente narrativa de curso sereno, me propuse incorporar varios elementos formales tales como la trascripción de los informes, el cuadro de las relaciones de sospecha que es tomado casi literalmente de los planteamientos de Greimas o Todorov o de Propp, a través de un texto denominado Análisis Estructural del relato.
Si bien el tema es archi común, su desarrollo no lo es ya que como toda novela policial, se trata de evitar que el lector sepa quien es el culpable del asesinato, por eso se proponen varios personajes secundarios que arrojan pistas falsas sobre el crimen. Aparecen formas como una S que significa Sally, la protagonista verdadera de la novela y que nunca aparece viva en ella, si no sólo por referencias.
El invento de una oficina de investigación y una irónica propuesta de los agentes O, que establece una reminiscencia del agente 007, es también otra mirada satírica, pero tomada con seriedad. A fin de contextualizar al criminal debí consultar textos psicológicos del crimen con el fin de otorgarle al texto más verosimilitud. Toda la novela está trasuntada de intertextualidades: referencias a escritores, a escultores, a la medida áurea que usaron los griegos, y subrepticiamente el libro está dedicado a Ernesto Sábato en su novela El Túnel. Los diversos discursos que se pueden percibir a lo largo de la obra son intencionalmente elaborados para enriquecer el tono y medida de la novela. Así mismo los niveles del lenguaje son presentados frecuentemente con el fin de evitar la monotonía narrativa. Algunos personajes de diferente catadura permiten al lector salirse un poco del discurso Espinozano.
De mi vida académica puedo expresar que mi núcleo de trabajo fundamental ha sido mi cargo de profesor titular de la UNAH, a la cual ingresé en 1977.
Desde que inicié este extraordinario trabajo de la enseñanza de la literatura y la lingüística en el nivel superior, traté siempre da ofrecer lo que mejor podía hacer.
De esta manera, por ejemplo, junto con otros profesores, que espero recordar a todos, nos incorporamos en la transformación del Departamento de Letras. Lo primero que realizamos fue proponer la creación del bachillerato y la licenciatura en letras junto compañeros como Atanasio Hérranz (español), Roberto Zapata (lingüista), Rigoberto Paredes (poeta y docente), Ramón Hernández (lingüista), Manuel Salinas (literato), Rubén Berríos (narrador y docente).
Algunos compañeros poetas se inscribieron en este currículo, en el cual se desempeñaron con gran acierto y creatividad, algunos de ellos los recuerdo perfectamente Efraín López Nieto con quien libramos batallas personales y literarias que salieron a luz pública como polémicas frente a otros escritores contemporáneos. Rafael Rivera, Fausto Maradiaga, Leonel Alvarado, Nery Alexis Gaitán, Jorge Luis Oviedo, y otros, fueron alumnos destacados del pensum de la licenciatura.
Mucho tiempo después fundé la Maestría en Literatura Centroamericana, en 1998, el 30 de noviembre.
Por otro lado, desde el departamento de Letras realizamos muchísimos encuentros de poesía centroamericana, junto a Rigoberto Paredes y Manuel Salinas, a los que asistieron escritores contemporáneos como los costarricenses Alfonso Chase, Delfina Collado, Fabián Dobles, Magda Zavala; los salvadoreños Manlio Argueta, José Roberto Cea, Roberto Armijo, Miguel Huezo Mixto, Mario Noel Rodríguez; los guatemaltecos Luis Aceituno, Isabel Aguilar Umaña, Max Arfaujo, Arturo Arias, Otto Raúl Gonzalez, Dante Liano, Francisco Méndez, Augusto Monterroso, Mario Roberto Morales, Ana María Rodas; los nicaragüenses Erick Blandón; Vida Luz Meneses, Michele Najlis, Fanor Téllez, Nicasio Urbina, DFaysi Zamora, Jorge Eduardo Arellano, Blanca Castellón; los panameños Enrique Jaramillo Leiva, Benjamín Ramón y Rogelio Sinán.
Así mismo fundé el Premio de Literatura otorgado por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en 1992, denominado Premio Nacional de Literatura José Trinidad Reyes, cuando fue directora de Extensión Universitaria, la Doctora
Fundé con Rigoberto Paredes el taller de Literatura Mano de Obra (1990) perteneciente al Departamento de Letras, mucho tiempo después fundamos con Fausto Maradiaga el Taller de Poesía Edilberto Cardona Bulnes, 2005.
Creamos el Recital Itinerante de Poesía que llevamos a Comayagua, Siguatepeque, Progreso, Tela, Ceiba, Olanchito y Juticalpa, asistieron los poetas José Luis Quesada, Adán cautelar, Efraín López, Fausto Maradiaga, Oscar Amaya, entre otros.
A partir de 1990 fundé la Editorial Argos que lleva editados aproximadamente unos treinta títulos de literatura hondureña, latinoamericana y universal.
He sido presidente de la UNIÓN DE ESCRITORES DE HONDURAS (UEH) misma que fundamos con Rigoberto Paredes y Oscar Amaya, 1994.
En el año 2009, fundamos la UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE HONDURAS, del cual he sido su presidente y que organicé junto a César Lazo, Jorge Miralda, Samuel Trigueros, Rebeca Becerra.
Entre los años 2007 y 2009 fui asesor del Presidente Manuel Zelaya Rosales en materia del discurso político y retórico, hasta el momento en que fue defenestrado por la oligarquía hondureña, los militares y políticos fascistas.
RESUMEN TEMÁTICO DE LA OBRA LITERARIA DEL AUTOR
POEMAS EN NICARAGUA Y OTRAS PARTES.

1. Este libro constituye un homenaje a la revolución sandinista que triunfó en Nicaragua en la década de ochenta. Su lenguaje poético se basa en la poesía documentalista de Ernesto Cardenal.

PASOS DE ANIMAL GRANDE.

2. Este libro de poesía ganó el premio latinoamericano Rubén Darío otorgado por el gobierno nicaragüense. En este texto se empleó el criterio documentalista y la visión reivindicadora de la cultura indígena, los héroes patrios y una visión revolucionaria del mundo.

LA SANGRE DIO UNA SOLA VUELTA.

3. Este es el primer libro de cuentos. Se trata de una propuesta de temas que tienen que ver con la literatura testimonial. Es un libro de cuentos que fue escrito para recordar la década de la seguridad nacional que fue una época de represión muy fuerte contra el pensamiento revolucionario. El centenar de desaparecidos de la época está emparentado con esta obligación de escritor comprometido políticamente.

ZONA VIVA

4. Corresponde esta novela al mismo ciclo de literatura comprometida. En la cual se estructura la vida de un personaje en sus últimas 12 horas de vida, un personaje que es asesinado frente a su casa. Durante un día este desempleado, recuerda su tiempo infantil, su incorporación al mundo revolucionario y su visión de mundo de la izquierda hondureña.

LLAMA DE TODOS LOS POROS

5. Es una primera parte de lo que será FIEBRE SIN FIN como novela, fue publicado con el objetivo de referir la pasión del fútbol haciendo constar la enajenación de la que es objeto el aficionado.

EL ÚLTIMO GOL

6. Esta novela constituye completa el cuento largo denominado LLAMA DE TODOS LOS POROS.

LA EXÓTICA ALGALIA Y SU FABULARIO

7. Es un libro de fábulas modernas, que están muy lejos de las de Esopo, Lafontaine y Samaniego, incluso de Sergio Ramírez y de Augusto Monterroso. Es una fábula inventada para exponer al animal como un ser humano que habla y filosofa sobre la cotidianeidad.

DE LA OSCURIDAD A LAS BRASAS

8. Antología De relatos que persiguen convertirse en una novela. Actualmente trabajo en la segunda parte de este libro. Se trata de una mujer de ascendencia campesina indígena que prepara la organización agraria más fuerte del país, es asesinada al final de la novela. Ahora se trabaja en desarrollar una trama policial, política y de denuncia de la corrupción en la zona occidental.

PARED DEL AGUA

9. Novela policíaca, de tipo experimental, bastante experimental que protagoniza Valmont Espinoza, un retorcido personaje que ha matado a una mujer casada de la cual se enamoró y negó siempre su asesinato. La novela incursiona por la Psicología y la Filosofía.

ESTACIÓN MADURA

10. Es un libro de poesía que trata de alejarse del tema político, toma el tiempo y el amor junto al mar como referencias líricas.

DÍAS DE LA PALABRA

11. Es un libro que recupera la lírica más densa. La poesía barroca como punto de referencia. Es un libro con algunos temas amorosos y existenciales.

TIEMPO DE FRÍO

12. Libro de cuentos con temas de diversa índole. Francisco Méndez de Guatemala, novelista y periodista, realiza un acercamiento bastante acertado sobre diversos temas y uso del lenguaje en este texto. Es uno de los libros de cuentos que más agrada al lector por el uso metafórico que buena parte de la literatura contemporánea ofrece.

POESÍA DE VANGUARDIA EN CENTROAMÉRICA

13. Ensayos sobre una aproximación conceptual de vanguardia, la caracterización universal, latinoamericana y centroamericana de la misma, y finaliza con una breve antología de textos poéticos de vanguardia.

ESQUEMA GENERACIONAL DE LA LITERATURA HONDUREÑA

14. Es un texto que señala la ruta crítica generacional literaria hondureña, precedido de una aproximación teórica sobre la misma, y expone a grandes rasgos los ocho momentos de la literatura nacional, partiendo de la generación de 1774, que inicia con el neoclasicismo.

PROLEGÓMENOS HACIA UN ESQUEMA GENERACIONAL DE LA LITERATURA HONDUREÑA

15. Es un ensayo sobre toda una conceptualización teórica en relación a estudios literarios, concepto de literatura, crítica, historia literaria y esquema generacional. Es el discurso de ingreso a la academia hondureña de la lengua.

RELÁMPAGO QUE SE DERRAMA

16. Libro de poesía social dividido en tres partes, la primera se denomina Muros enhiestos en la patria, dedicada a la poesía de resistencia política; Ruido de metal furioso dedicado a la poesía existencial y social; y Relámpago que se derrama constituido por poemas de largo aliento y referido a distintos temas.

VIRUS DEL OLVIDO Y OTRAS FÁBULAS

17. Es un texto de fábulas que imprime una nueva textura estilística fabulesca, desde la época de Luis Andrés Zúniga hasta nuestros días.

LIBROS DE TEXTOS ACADÉMICOS EDITADOS COMO ANTOLOGÍAS:
1. Español general

2. Redacción general

3. Técnicas de Lectura

4. Laboratorio de Ortografía y Gramática, compilación.

5. Breve antología didáctica del cuento Hondureño

6. Manual de Literatura Hondureña.

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