Jonás de Melvin Salgado y sus aciertos superan la escritura de Pared del agua del Galel Cárdenas. Por Oscar Sierra Pandolfi

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Jonás de Melvin Salgado y sus aciertos superan la escritura de Pared del agua del Galel Cárdenas.

Hemos conocido la narrativa de Galel a lo largo de dos décadas y media. Se ha considerado un escritor que trabaja todos los códigos literarios, la poesía, el cuento, la novela y el ensayo. En el respectivo ensayo comparativo vamos a dar un paso enervante en ubicar la novela Pared del agua con todos sus elementos compositivos y arquitectónicos con respecto a la novela rizoma, Jonás, de Melvin Salgado. Ya lo ha expresado la escritora y crítica hondureña Helen Umaña, de que es una novela posmoderna, que cambia el esquema de la novela detectivesca en Latinoamérica y que es el personaje protagónico que decide leer la novela el túnel de Ernesto Sábato.

Pared del agua inicia con un enunciado narrativo, que nos lleva a un sentido obvio, que es evidente, que se sobreentiende. “No la maté.  De veras.  ¿Por qué iba a hacerlo?  ¿Matarla?  Qué tontería: ¿deshacerme de ella?  ¡Qué idiotez!  Pero ganas de las buenas no me faltaron.  Ahora bien.  ¿Qué hubiese sacado con hacerlo?” de inmediato la facilidad del texto, de una voz en primera persona que acomoda al actante a ser un texto simple en el plano semántico, o quizás la acción nuclear de la medula narrativa anticipa lo que va a suceder, es propio del lenguaje cinematográfico, hasta podría ser algo acertado. La voz que se entromete, técnica para un comienzo de novela facilona, nos parece precisa. Nos parece una confesión en desvarío, la novela para que se abre como telón teatral, y nos despeja el misterio o enigma de la misma novela.

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Existen numerosas posibilidades en la que podemos encontrar el preámbulo de una narración novelesca, no solamente de su estructura que aspire a un espiral o circularidad, sino que sus niveles de presencia y transformación tomen un cause definitorio, del relato verbal, literario y no literario, ya que existen variantes históricas, por ejemplo, (el relato mítico, la fábula, el relato policiaco o fantástico, y variantes de la composición: como ser los relatos que pueden encajarse unos en otros como en el caso de Las mil y una noche, el Decamerón, o las "novellas” que se intercalan en el relato principal de Don Quijote de la Mancha o sucederse (como ocurre en la novela picaresca.

Pues en este tipo de narrativa es donde identificamos a Jonás de Melvin Salgado. veamos su primer capítulo, y notamos el lenguaje, el trabajo sobre el lenguaje, la implicación connotativa:

“Jonás contempló su reciente obra pictórica: oscura y perturbadora, que reflejaba el propio mundo derrumbándose en los alrededores periféricos del ser. El artista se vislumbra a sí mismo, batalla por mantener el control aerodinámico de sus emociones dentro de la ley perjuriosa del caos, trazados en la textura dérmica de sus antebrazos. Los globos ópticos se pierden en la hilada de cada detalle, sumergiéndose en el océano-abismo de autoexamen y reflexión”.

“Cada difuminado de policromáticos espacios expande pinceladas disruptivas, intensas emociones que se entraman en la compleja mente; ante la turbulenta oceánica vida de recuerdos anclados en el cuadro surrealista del pasado”.

Pues, Jonás, es una novela posmoderna, tal como lo expresa Umaña con respecto a Pared del agua, porque Galel Cárdenas, intenta una transformación, en la secuencia narrativa de la novela policiaca y un cambio en los actantes, eso nos da la pista de su propuesta experimental, lastimosamente, que Galel repite un elemento que se había dado en su novela “Zona Viva” cuando introduce la novela de Henry Miller.

 Como elemento intertextual, incluso, Kristeva, afortunadamente, plantea que la novela es parte de un proceso de intertextualidad; es parte de un texto anterior.

Consideramos que es un recurso valido, lo que no podemos estar cómodos, es que repita la misma intencionalidad, eso nos lleva a la poca acción creativa del autor.

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En el primer caso, el narrador pone en escena el discurso

de los personajes, mientras que, en el segundo caso, representa los acontecimientos mediante su propio discurso.  Acudimos a visualizar en el texto de la primigenie mítica, la presencia de narraciones primitivas que son evacuadas desde la mirada de Freud, la oposición al padre, el contra Edipo, además, de una elocución que se parlotea sobre la vieja antropología de la selección natural de Darwin, no solamente, vemos la discursividad y la cavidad textual, en una imbricación semántica homogénea. Entre el juego del showing, el telling, y la action.  El monologo es diálogo, dice Kristeva, todo es dialogo con la cultura expresa Lotman, por ello, Cárdenas, que es un trabajador del ensayo, hace una simbiosis con elementos poéticos, la función poética de Jakobson, no es dominante en el nivel de la microestructura, soslaya, evoca, aunque el juego de repeticiones quita fuerza al interior del texto, aunque hace que el discurso narrativice una prolepsis en palabras de Genette. La forma de organización de los eventos, de las acciones, es lo que definen la naturaleza de la novela sin dejar sus elementos translingüísticos, que es lo que se encuentra en Jonás, de forma latente, porque se imbrican tres novelas cortas, que se hilan, hay conflictos complejos.

Hay multiplicidad de asuntos, el arte, la vida, la muerte, la ciencia, la medicina, el crimen organizado, lo detectivesco, lo jurídico, esta heterogeneidad es la que circunscribe un acierto de doble peso con respecto a Pared del agua de Galel Cárdenas.  Veamos el siguiente párrafo, porque la novela inicia con una confesión sobre el asesinato de una mujer:

“Las señas han sido patrimonio de la humanidad.  La seña fue el primer modo de llamar la atención entre los monos antropoides.  Esos seres que parecen gente mal formada, cara de mono nos dicen a veces, mas no saben que son nuestros antepasados, es como decirnos caras de tátaras, tátaras, tátaras abuelos, bisabuelos. A los monos les tengo miedo, nunca me acerco a ellos. Un día, de niño, mi padre me llevó a conocer a un mono y me lo puso en los brazos, pero el mono me agarró con la cola por el cuello y me apretó tanto que casi me ahorca.  Mi padre tuvo que quitármelo y el mono caminaba y chillaba descontrolado.  Lloré, no lo niego, porque los hombres también lloran: mi papá un día se separó de mi mamá y cuando volvió a casa lloró; nunca lo había visto llorar”.

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Este esquema indica que el sujeto-héroe (o protagonista), en el caso de Pared del agua, Sally, es la oponente, aunque no villano, es la víctima, es el sujeto-objeto, por el cual se mueven las secuencias de la novela, el movitema, se lanza en busca de un objeto valorado (los motivos que lo llevaron a matar a Sally, por el destinador, y este en una

(relación de deseo: querer), donde la existencia y valor le ha revelado el narrador, la confesión en el primer capítulo, se ha convertido en informador (relación de comunicación: saber.

Esto arroja pistas para ir transitando en el entramado narrativo. Pared del agua es un proyecto narrativo muy bien elaborado en el sentido de una literatura menor, de una novela corta. En cambio, Jonás, esta engarzada por una serie de problemas, intrigas, alrededor de tres personajes(abductores-conectores-transformadores). Jonás, es un personaje abductor, toda la historia que se desarrolla tienen su origen alrededor de él, Ámbar, es el personaje conector, porque tiene la función actancial.

 (Abogada, hermana, hija, trabajadora, novia), donde se desenvuelve en su propio mundo, el relato tiene autonomía en sus estratos narratorios, cuando aparece la implicatura de elementos engarzadores, pues, los nudos se van abriendo y cerrando en saltos y digresiones. Por ejemplo, esta novela de Jonás, es una novela psicológica, luego se desarrolla, como existencial, al culminar se convierte en novela de ciencia ficción cuando aparece la maquina científica para curar a Matt.

 Aunque el personaje Ámbar lee la novela que dejó escrita su hermano Jonás, que es un pintor que ha fracasado en la ciudad de México, y ella había crecido en un país nórdico. Estos puntos literarios suman fuerza extensiva e intensiva en las cuerdas sintagmáticas de la novela, que hacen superar el trabajo de Pared del agua de Galel Cárdenas, donde domina muchas técnicas, como lo fijamos su error fatal, fue volver a repetir el trabajo de inmiscuir a un autor dentro de la novela, de que la novela quedará en novela de corto aliento, para un asunto tan complejo que quiso desarrollar. Aunque la riqueza catafórica del siguiente texto, le suma calidad a Pared del agua:

“Sally, tu cabeza, esa línea pupilar y ese mentón, ese ancho de la cara, ese diámetro bidaltoideo, o ese perímetro del muslo, y ese derredor de la pantorrilla, ese rodear del tobillo y el largo de tu pie, el redondeo de la rodilla, que hacen mecer la piel sedosa aceitunada, sostener tu erección de princesa adusta, tus hombros de ondas marinas, tu cuello alargado para dirigir el orgullo de la mirada por sobre tanto pobre mortal, insolente, fanfarrón, fatuo, emperingotado; si, los mortales que te ven con osadía, persiguiéndote con impertinencias, descaros, atrevimientos.  Ah, mortales fatídicos, ¿qué les pasa?, tú, albañil desgañitado, busero ocioso, médico intrépido, mecánico vulgar, ¿qué haces? ¿Miras lo que no te corresponde? ¿No ven que ese territorio está marcado?  ¿No ven que esa cintura tiene posesión, que esos senos tienen su propietario?  ¿Qué hacen?  ¿Por qué silban?, inútiles míseros.  No digan señores el insulto procaz, soez, su “ay mamacita”,

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Por otro lado, Jonás, es una novela de muchas convergencias temáticas, de una galería de personajes complejos, y además, de ser una novela polifónica. Porque hay un engarce diegético con técnicas como la caja china. La muñeca rusa, las anticipaciones, el juego del tiempo hacia atrás y hacia el futuro. Con un efecto  de predigitador. En cambio, Galel Cárdenas, que tiene como tema la maldad, el tratamiento filosófico de la maldad. Los detectives que se mueves dinámicos  el proceso de investigación, aunque primero se devela el crimen a través de la confesión del personaje principal. Técnicamente, el escritor Galel, emplea en el incruste textual el análisis narrativo para el análisis de los acontecimientos que llevaron al asesino a matar a Sally ademas de los informes forenses; eso adquiere brillo en la novela, a pesar de sus fallas lingüísticas, y del poco trabajo en los andamios de los capítulos, que son insuficientes para reflejar profundidad, a pesar del roce y vuelta con la realidad, el tratamiento del tema amoroso se visualiza como en la tragedia griega, lo mismo en Jonás, que teatraliza su propio crimen, y desaparece, o Matt es enfocado en una maquina para recuperarse de un padecimiento que posee, lo que queremos argumentar, es que Jonás, va más apegado al desarrollo del mundo posmoderno, y Pared del agua, queda relegado a tópicos y elementos literarios realísticos pasados de moda.

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 Ambas novelas, tanto Jonás, como Pared del agua, asumen lo que Lukács expresa “La novela es una epopeya problemática porque es la epopeya de un tiempo en que la totalidad extensiva de la vida no se da inmediatamente, en que se hace problema el sentido inmanente de la vida pero se sigue buscando la totalidad. Son dos géneros diferentes. Tanto el verso trágico como el épico, en formas diferentes, eliminan la trivialidad, pero ésta es, por el contrario, parte integral de la prosa de la novela. En los tiempos modernos, el verso épico se hace lírico o desaparece completamente en favor de la prosa”. Aunque por la dinámica de Pared del agua, que esta postergada en su propia problemática, de espacios reducidos, falta de esencialidad en los personajes, en  cuanto a Jonás, el trabajo preciosista, metafórico, es audaz, creativo, no redunda, plantea una posibilidad caleidoscópica de la realidad ficticia de la novela, donde todo se complica en todos sus estratos y niveles. A pesar de la clasificación que se le define a Pared del agua, la disyuntiva entre el remedo que hace de Sábato, sea por decisión del personaje del autor, nos viene a la mente, que hay un problema agudo de creatividad, y eso no sazonó su intriga, contrario, a las novelas detectivescas de Roberto Ampuero, Roberto Bolaño, Leonardo Padura, quizás, Galel, en pared del agua, nos lleve a una lectura suave, ligera, como en esos culebrones de telenovelas mexicanas, o mejor de los casos tipo de serie como Expedientes X.

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Melvin Salgado en Jonás, ha logrado su cometido literario, al superar a las obras  de grandes aciertos literarios. Ha sabido recorrer las riberas existenciales de la vida humana en el siglo XXI, con un pensamiento casi pesimista contra las aristas del capitalismo erótico, contra la apariencia del hombre ataviado en el absurdo de la mercancía, el hombre bestial, el homo sacer, el homo videns, el irracionalismo de la ciencia, el pensamiento débil de Vattimo, la ciencia de Natorp, la cinta de Moebius de las circunstancias, no solamente de ficcionalizar la realidad, sino reflejar la dicotómica agonía que se presta el ser humano del presente siglo. Aunque se trata de dos autores hondureños de diferentes generaciones, Galel Cárdenas, es un escritor que viene trabajando desde los “80” y Melvin Salgado, al ser de las generaciones siguientes, ha sido de los escritores que no ha sido considerado ni tomado en cuenta en las letras, a pesar de que empezó publicando poesía, sus experimentos cuentísticos  y paso por la literatura infantil, sin obviar su actual trabajo novelesco de grandes innovaciones. Su tarea, es superarse a sí mismo, no a estas agrupaciones, sino superar a su propia obra, dejar que el imperio de la voluntad, del trabajo arduo lo han llevado a grandes asideros en un país permeado por la ignorancia y los campos de poder dizque intelectuales, una vez más, descubrimos que estas generaciones a la que pertenecemos superamos cualitativamente  la vieja guardia de la novela hondureña y la mejor evidencia está en estas obras. Jonás, se convierte en una obra audaz, trascedente, y universal.

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