Somos cadáveres I parte. Oscar Sierra Pandolfi

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El reportro(3)


Somos cadáveres

I parte

Somos cadáveres ineptos,

Inútiles, perforados

con piercings en el alma,

apegados a la eternidad que no existe

vivimos como maniquíes

en tiendas adornadas de efímeros trapos,

somos la basura arrojada al lujo

nos creemos los hijos de Tarzán

y aunque me aparto a vivir

en la soledad del zopilote

donde devoro mi propio cadáver sanguinolento

donde la podredumbre me acompaña

con mis huesos rotos

y mis labios reventados de hambre

no envidio el perfume de marca

ni el automóvil de lujo,

vamos a morir solitarios en plena agonía,

la muerte no deja que llevamos

 lo que nunca tuvimos,

vivimos en el mundo sin pensar

 en la humildad de la hormiga

y en la ternura de los pájaros que vienen

al patio a jugar con sus nidos,

robóticos parecen con sus aparatos hipnotizados

y se mofan de sus cuentas bancarias,

efímeros deseos que distorsionan el cosmos

de la risa.

Mis recuerdos, es el único bien que poseo

En la autopista destruida de la desmemoria,

Y aprendí de la mirada del perro,

Y supe que nadie es bueno,

Que el mundo lleva en la sangre el ADN de la maldad

Que diseñan puñales erizados

De lujuria.

Sepan que no valen nada a lado de la tiranía de un basurero

Que me acompaña,

Y supe, señores

Que se van a morir en la trágica agonía de un dolor

En la artritis del tiempo,

Y gritaran acongojados

Queriendo comprar el tiempo

Para seguir viviendo.

Sepan que la muerte y el tiempo

No se venden en tiendas de lujo.

El tiempo se marcha y nos deja atrás

Arrugados con pasos cabizbajos

A lado de jardines malditos

De rosas heridas

Y espinas cósmicas.

Sepan que van a morir a lado de alguien

Que reirá después del entierro

Porque somos fruto podrido del olvido

Y migaja del recuerdo.

Nadie nos recuerda cuando morimos,

Solamente desdibujados en selfis baratas

Con sonrisas en efecto Photoshop,

No presuman cuando humillan

Al sin diente que no tiene el bocado del día

No humillen a nadie con sus carcazas de jacuzzis inflables

No se crean Sultanes o zares

En palacios bañados de oro,

Acuérdense, somos simples mortales

No podrán alargar al tiempo

Con sus marmajas de money,

El tiempo pasa, nos aplasta

No nos damos cuenta,

somos simples bultos de huesos

Triceps enfermos,

Caminan con su cabeza en alto

Y sus relojes brillantes enmudecidos

Por sus deseos brevísimos,

No me lástima que sonrían y bailen

Al final llevo la ternura de mi gato en mi corazón

Y el vuelo herido de los pájaros en mis pupilas

No mendigo miserias a miseros

que se adueñan del mundo,

Vivo desolado en mi propia isla,

Conozco el poder de la rata

Y la furia del felino

La calma del búho,

Vivo como un perro en el tonel de Diógenes

y me río de ustedes, sucios por dentro

y nítidos por fuera.

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