Somos cadáveres
I parte
Somos cadáveres ineptos,
Inútiles, perforados
con piercings en el alma,
apegados a la eternidad que no existe
vivimos como maniquíes
en tiendas adornadas de efímeros trapos,
somos la basura arrojada al lujo
nos creemos los hijos de Tarzán
y aunque me aparto a vivir
en la soledad del zopilote
donde devoro mi propio cadáver sanguinolento
donde la podredumbre me acompaña
con mis huesos rotos
y mis labios reventados de hambre
no envidio el perfume de marca
ni el automóvil de lujo,
vamos a morir solitarios en plena agonía,
la muerte no deja que llevamos
lo que nunca tuvimos,
vivimos en el mundo sin pensar
en la humildad de la hormiga
y en la ternura de los pájaros que vienen
al patio a jugar con sus nidos,
robóticos parecen con sus aparatos hipnotizados
y se mofan de sus cuentas bancarias,
efímeros deseos que distorsionan el cosmos
de la risa.
Mis recuerdos, es el único bien que poseo
En la autopista destruida de la desmemoria,
Y aprendí de la mirada del perro,
Y supe que nadie es bueno,
Que el mundo lleva en la sangre el ADN de la maldad
Que diseñan puñales erizados
De lujuria.
Sepan que no valen nada a lado de la tiranía de un basurero
Que me acompaña,
Y supe, señores
Que se van a morir en la trágica agonía de un dolor
En la artritis del tiempo,
Y gritaran acongojados
Queriendo comprar el tiempo
Para seguir viviendo.
Sepan que la muerte y el tiempo
No se venden en tiendas de lujo.
El tiempo se marcha y nos deja atrás
Arrugados con pasos cabizbajos
A lado de jardines malditos
De rosas heridas
Y espinas cósmicas.
Sepan que van a morir a lado de alguien
Que reirá después del entierro
Porque somos fruto podrido del olvido
Y migaja del recuerdo.
Nadie nos recuerda cuando morimos,
Solamente desdibujados en selfis baratas
Con sonrisas en efecto Photoshop,
No presuman cuando humillan
Al sin diente que no tiene el bocado del día
No humillen a nadie con sus carcazas de jacuzzis inflables
No se crean Sultanes o zares
En palacios bañados de oro,
Acuérdense, somos simples mortales
No podrán alargar al tiempo
Con sus marmajas de money,
El tiempo pasa, nos aplasta
No nos damos cuenta,
somos simples bultos de huesos
Triceps enfermos,
Caminan con su cabeza en alto
Y sus relojes brillantes enmudecidos
Por sus deseos brevísimos,
No me lástima que sonrían y bailen
Al final llevo la ternura de mi gato en mi corazón
Y el vuelo herido de los pájaros en mis pupilas
No mendigo miserias a miseros
que se adueñan del mundo,
Vivo desolado en mi propia isla,
Conozco el poder de la rata
Y la furia del felino
La calma del búho,
Vivo como un perro en el tonel de Diógenes
y me río de ustedes, sucios por dentro
y nítidos por fuera.
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