Melvin Salgado
Cosmología del vacío
Larga cadena de ladridos
Supe de la soledad,
es una larga herida
que da vueltas
en noches inertes,
hasta tocar despacio tu espalda.
Escudo Contra el mundo
Amaneció,
sobre un mar sísmico
donde limpié la sal
de mi escamosa epidermis,
y evaporé lágrimas
de exoplanetas sin cordón umbilical
y la cara del sol lácteo
dispuso de mi armadura oxidada
de astronauta muerto,
y después del escaso bocado
Que me tragué,
Despejé algoritmos de muecas,
En mi último dolor.
Ahora con mi escudo
De radianes y rayos ultravioletas
Vestidos de caballeros
Y bastones de luces heridos
Por un mago sideral.
Retrocedí en una nave estática
A la orilla mecánica de mis latidos
marché hacia la tormenta
de polvo cósmico,
delató escapar
y enfrentar constelaciones de escorpiones
apocalípticos
y vi estrellas desnudas ante mis ojos
de un caracol
que camina hacia las autopistas
del multiverso
y mi cuerpo fue un robot a tientas
con chips enfermos
y números espigados
en la certeza de lo que no fui, y ni seré.
El perro hambriento de la ansiedad
Es un perro hambriento mi ansiedad,
y frenético muerde su cola,
nadie está convencido
de que hay en el siempre,
ni quién está detrás,
del tiempo,
y sus motores de egos aéreos,
y la amenaza roba el hueso
de la nada,
y me quedo combativo
ante la escena trágica:
hasta el perro más incisivo
muere de soledad.
Las orillas inexploradas del amor
He navegado por mares sin nombre
He bailado con lunas sin virginidad,
y el sol con sus enigmas
se apaga bajo la lluvia
con el jazz de una supernova
y mapas silenciosos
recorren esferas risueñas,
de mapas extraviados
y de brújulas sin fe a medio andar,
navego como barco sin faro
como mar sin agua bendita
como playa de satélites ausentes.
Un payaso vestido de astronauta
Eso he sido,
Muero y luego existo,
porque he jugado a viajar a las galaxias
con juguetes nucleares
por eso extraigo de mí el poder
de ataúdes existenciales
y encuentro cadáveres vestidos
de muñecos tiernos
brindamos con copas de petróleo
y libamos levadura
de tóxicos bendecidos,
respiramos sin pulmones
porque la sangre subyace:
¿Fulgor repentino,
que electrifica mis pies,
el fuego me alimenta,
o la seducción del vacío,
es carne que susurra deseos
y abraza la llama que nos extingue?
¿Es la conexión invisible,
el hilo que teje destinos,
el eco que resuena en el abismo,
o acaso, cuando las olas se calman,
la pasión no se apaga
y la ceniza como una raíz,
se aferra a la tierra podrida,
donde el amor no tiene
más que
artificios y máscaras ?
He vivido muchas vidas,
y aún busco preguntas a mis respuestas,
la llave maestra que cierre
el cofre del amor inconcluso,
y me revele sus apariencias.
Camino que se bifurca
Pierdo mis temblorosos pasos
como un río que se desvía,
un camino que se habla así mismo
con el lenguaje del agua
discurre en el enigma del vacío.
Nos vamos derribados
Con la mano ajada del sacrificio.
He tomado una decisión al póker
Con agujas uterinas que
Se lanzan a la música del aire,
pero quisiera ser este río
que corre sinuoso contra el viento
y sus trampas de burbujas caprichosas
donde mi cuerpo no fluya
con el mismo coqueteo del equilibrio en su cauce,
este camino no se bifurca una y otra vez.
Deseo, al menos, un formatear el destino,
una nueva posición de ataque
y el siguiente movimiento de ajedrez
me colme contra la discreta apuesta
de las aguas más calmadas,
a la orilla cortada de lo que nunca vendrá.
Aguas tranquilas
Esta vez,
soy como un lago tranquilo,
sin causar ondas,
simplemente sentado y esperando.
Si no pasa nada,
no seré yo quien revuelva las aguas.
La película muda de Freud
Descubrí un sueño
Sin ojos
Y supe que la maldita vida
Era una película inconclusa
escondida en un polvoriento espacio infinito
por eso navegué en la galaxia de mi mente
y vi pájaros de recuerdos mutilados
en escenas de incomprensibles
ausencias.
Aguas tranquilas
Esta vez,
soy como un lago
de ondas oxidadas,
simplemente sentado
al borde del destino
de pirañas tiernas,
espero que pase la nada,
con muecas de payaso muerto,
y seré nunca el pirata
que hiera la ruta hacia el ártico
de mis sueños sin hastío,
no me quedo a espera
que la vida corra en sus juegos olímpicos
de trampas indelebles
y me percaté que nací muerto
y muero vivo.
Por los momentos no sabemos a dónde vamos
Yo simplemente me dirijo
A mí mismo, aunque me encuentre ausente
La película muda de Freud
Fui una película secreta de golpes bajos,
Actué como una careta ensangrentada
De rubies inquietos
En escenas torturadas
de incomprensible belleza
y la complejidad
enmudeció mis mandíbulas
de perro solitario,
y los intrincados acertijos
entretejidos sueños
nunca volvieron
al crucigrama herido
de mis palabras, sin manos
ni pies,
me alimenté del fuego humano
y caí al vacío sin saber
todos seremos derribados.
1 x 1.
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