Altazor Vicente Huidobro

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Altazor

Vicente Huidobro

ALTAZOR © VICENTE HUIDOBRO

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'Altazor': libro poético del escritor chileno Vicente Huidobro

Melvin Salgado

Escritor

El libro 'Altazor' del escritor chileno Vicente Huidobro es una obra maestra de la poesía vanguardista que ha dejado una huella indeleble en la literatura latinoamericana. Publicado en 1931, este libro es uno de los pilares de la corriente literaria del creacionismo, que Huidobro lideró junto a otros destacados poetas como Oliverio Girondo y César Vallejo. 'Altazor', con su estilo experimental y su lenguaje lírico y provocativo, rompió con los estereotipos de la poesía tradicional y abrió un nuevo camino para la escritura poética en América Latina.

'No se me ocurre nada mejor para representar los intersticios de la vida, las brechas entre la razón y el delirio, que la poesía de Vicente Huidobro. Y si hay un libro que encapsula la esencia de su universo lírico, ese es sin duda 'Altazor'.'

Esta afirmación del escritor Roberto Bolaño, uno de los más grandes referentes de la literatura latinoamericana, resume a la perfección la importancia y la trascendencia de esta obra maestra de la poesía vanguardista. En este ensayo literario, nos sumergiremos en el mundo onírico y provocativo de 'Altazor', explorando su complejidad y su vigencia a través del tiempo.

Publicado por primera vez en 1931, 'Altazor' es una colección de poemas escritos en prosa y verso, en la que Huidobro utiliza su voz lírica para cuestionar y romper con las estructuras establecidas en la poesía hasta aquel momento. El autor chileno es considerado uno de los fundadores del movimiento vanguardista en Latinoamérica, y en 'Altazor' demuestra su dominio de las técnicas vanguardistas, como el automatismo y el collage, para crear una obra que desafía los límites de la razón y la percepción.

El título del libro, que se ha convertido en un símbolo de las vanguardias literarias, es una combinación de dos palabras: 'altura' y 'azor', el nombre de un ave rapaz. Esta unión de palabras es solo el comienzo de la complejidad simbólica y el juego lingüístico que se encuentra en cada página de 'Altazor'. Con referencias a mitos, filósofos, escritores y obras de arte, Huidobro construye un universo poético en el que la belleza y la subversión están siempre presentes.

La estructura del libro también es una muestra del genio creativo de Huidobro, ya que se compone de siete 'cantos' o secciones, cada uno con un estilo y una temática diferente. Esta estructura es una metáfora de la multiplicidad y la complejidad del ser humano, y nos lleva en un viaje a través de las reflexiones y las experiencias de Altazor, el protagonista y el alter ego del poeta.

En cuanto a la poesía en sí, Huidobro utiliza un lenguaje experimental y desafiante, en el que las palabras adquieren nuevos significados e invitan al lector a descifrarlos. En palabras de Bolaño, la poesía de Huidobro en 'Altazor' 'es un misterio, una seducción, una mentira que se disfraza de verdad'. Y es en este sentido en el que podemos entender la influencia de la poesía surrealista en Huidobro, ya que, a través de la imaginación y el subconsciente, el poeta busca una verdad más profunda y esencial que la que podemos obtener a través de la razón.

Uno de los aspectos más fascinantes de 'Altazor' es su capacidad para ser atemporal. A pesar de haber sido escrito hace casi un siglo, sus temas y su estilo todavía resuenan y tienen relevancia en la actualidad. La exploración del inconsciente, la deconstrucción de la realidad, y la búsqueda de la identidad y del sentido de la vida son temas que siguen siendo recurrentes en la literatura y el arte contemporáneo.

En este sentido, 'Altazor' se convierte en una obra de arte total, que no solo es poesía, sino también filosofía y estética. Huidobro crea un mundo propio, en el que lo ilógico y lo absurdo cobran sentido y son capaces de generar emociones y reflexiones en el lector.

Pero no podemos hablar de 'Altazor' sin mencionar su importante papel en el desarrollo de la poesía y la literatura latinoamericana.

Como uno de los precursores de la vanguardia en la región, Huidobro rompió con los cánones y las convenciones literarias impuestas por el colonialismo y el romanticismo. Su poesía, provocadora y original, abrió paso a nuevas formas de expresión ya una mayor libertad creativa para las generaciones posteriores de escritores latinoamericanos.

En conclusión, la poesía de 'Altazor' es, en palabras de Bolaño, 'la suma de todas las poesías posibles'. En ella, Huidobro nos invita a explorar las profundidades de la mente y la imaginación, y nos lleva a través de un viaje vertiginoso e impresionante a través de los límites de la razón y la realidad. Con su originalidad, su belleza y su atemporalidad, 'Altazor' se ha ganado un lugar privilegiado en la literatura latinoamericana y en la historia de la poesía universal.

Melvin Salgado

Poeta y escritor hondureño.


PREFACIO

Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor. Tenía yo un profundo mirar de

pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata. Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche. Amo la noche, sombrero de todos los días. La noche, la noche del día, del día al día siguiente. Mi madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a caer. Tenía cabellos

color de bandera y ojos llenos de navíos lejanos. Una tarde cogí mi paracaídas y dije: Entre una estrella y dos golondrinas. He aquí la muerte que se acerca como la tierra al globo que cae. Mi madre bordaba lágrimas desiertas en los primeros arcos iris. Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte.

El primer día encontré un pájaro desconocido que me dijo: Si yo fuera dromedario no tendría sed. ¿Qué hora es? Bebió las gotas de rocío de mis cabellos, me lanzó tres miradas y media y se alejó diciendo: Adiós, con su pañuelo soberbio. Hacia las dos, aquel día, encontré un precioso aeroplano, lleno de escamas y caracoles. Buscaba un rincón del cielo donde guarecerse de la lluvia. Allá lejos, todos los barcos

anclados, en la tinta de la aurora. De pronto, comenzaron a desprenderse, uno a uno, arrastrando como pabellón jirones de aurora incontestable. Junto con marcharse los últimos, la aurora desapareció tras algunas olas desmesuradamente infladas. Entonces oí hablar al Creador, sin nombre, que es un simple hueco en el vacío, hermoso como un ombligo: Hice un gran ruido y este ruido formó el océano

y las olas del océano. Este ruido irá siempre pegado a las olas del mar y las olas del mar irán siempre pegadas a él, como los sellos en las tarjetas postales. Después tejí un largo bramante de rayos luminosos para coser los días uno a uno; los días que tienen un oriente legítimo o reconstituido, pero indiscutible. Después tracé la

geografía de la tierra y las líneas de la mano. Después bebí un poco de coñac (a causa de la hidrografía). Después creé la boca y los labios de la boca, para

aprisionar las sonrisas equívocas, y los dientes de la boca, para violar las groserías que nos vienen a la boca. Creé la lengua de la boca que los hombres desviaron de su rol, haciéndola aprender a hablar..., a ella, ella, la bella nadadora, desviada para siempre de su rol acuático y puramente acariciador. Mi paracaídas empezó a caer vertiginosamente. Tal es la fuerza de atracción de la muerte y del sepulcro bierto.

Podéis creerlo, la tumba tiene más poder que los ojos de la amada. La tumba abierta con todos sus imanes. Y esto te lo digo a ti, a ti que cuando sonríes haces pensar en el comienzo del mundo. Mi paracaídas se enredó con una estrella apagada que seguía su órbita concienzudamente, como si ignorara la inutilidad de sus esfuerzos.

Y aprovechando este reposo bien ganado, comencé a llenar con profundos pensamientos las casillas de mi tablero: Los verdaderos poemas son incendios. La poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimientos de placer o de agonía. Se debe escribir en una lengua que no sea materna. Los cuatro puntos cardinales son tres; el sur y el norte. Un poema es una cosa que será.

Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser. Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser. Huye del sublime externo si no quieres morir aplastado por el viento. Si yo, no

hiciera al menos una locura por año, me volvería loco. Tomo mi paracaídas, y del borde de mi estrella en marcha me lanzo a la atmósfera del último suspiro. Ruedo interminablemente sobre las rocas de los sueños, ruedo entre las nubes de la muerte. Encuentro a la Virgen sentada en una rosa, y me dice: Mira mis manos: son transparentes como las bombillas eléctricas. ¿Ves los filamentos de donde corre la

sangre de mi luz intacta? Mira mi aureola. Tiene algunas saltaduras, lo que prueba mi ancianidad. Soy la Virgen, la Virgen sin mancha de tinta humana, la única que no lo sea a medias, y soy la capitana de las otras once mil que estaban en verdad demasiado restauradas. Hablo una lengua que llena los corazones según la ley de las nubes comunicantes. Digo siempre adiós, y me quedo. Ámame, hijo mío, pues adoro tu poesía y te enseñaré proezas aéreas. Tengo tanta necesidad de ternura, besa mis cabellos, los he lavado esta mañana en las nubes del alba y ahora quiero dormirme sobre el colchón de la neblina intermitente. Mis miradas son un alambre en el horizonte para el descanso de las golondrinas. Ámame. Me puse de rodillas en el espacio circular y la Virgen se elevó y vino a sentarse en mi paracaídas. Me dormí y recité entonces mis más hermosos poemas. Las llamas de mi poesía secaron los cabellos de la Virgen, que me dijo gracias y se alejó, sentada sobre su rosa blanca. Y heme aquí, solo, como el pequeño huérfano de los naufragios anónimos. Ah, qué hermoso..., qué hermoso. Veo las montañas, los ríos, las selvas, el mar, los barcos, las flores y los caracoles. Veo la noche y el día y el eje en que se juntan. Ah, ah, soy Altazor, el gran poeta, sin caballo que coma alpiste, ni caliente su garganta con claro de luna, sino con mi pequeño paracaídas como un quitasol sobre los planetas. De cada gota del sudor de mi frente hice nacer astros, que os dejo la tarea de bautizar como a botellas de vino. Lo veo todo, tengo mi cerebro forjado en lenguas de profeta. La montaña es el suspiro de Dios, ascendiendo en termómetro hinchado hasta tocar los pies de la amada. Aquel que todo lo ha visto, que conoce todos los secretos sin ser Walt Whitman, pues jamás he tenido una barba blanca como las bellas enfermeras y los arroyos helados. Aquel que oye durante la noche los martillos de los monederos falsos, que son solamente astrónomos activos. Aquel que bebe el vaso caliente de la sabiduría después del diluvio obedeciendo a las pajamas y que conoce la ruta de la fatiga, la estela hirviente que dejan los barcos. Aquel que conoce los almacenes de recuerdos y de bellas estaciones olvidadas. Él, el pastor de aeroplanos, el conductor de as noches extraviadas y de los ponientes amaestrados hacia los polos únicos. Su queja es semejante a una red parpadeante de aerolitos sin testigo. El día se levanta en su corazón y él baja los párpados para hacer la noche del reposo agrícola. Lava sus manos en la mirada de Dios, y peina su cabellera como la luz y la cosecha de esas flacas espigas de la lluvia satisfecha. Los gritos se alejan como un rebaño sobre las lomas cuando las estrellas duermen después de una noche de trabajo continuo. El hermoso cazador frente al bebedero celeste para los pájaros sin corazón. Sé triste tal cual las gacelas ante el infinito y los meteoros, tal cual los desiertos sin mirajes. Hasta la llegada de una boca hinchada de besos para la vendimia del destierro.

Sé triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa. Está quizá al extremo de tu canción próxima y será bella como la cascada en libertad y rica como la línea ecuatorial. Sé triste, más triste que la rosa, la bella jaula de nuestras miradas y de las abejas sin experiencia. La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer. Vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit a nuestro nadir, y dejamos el aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan mañana a respirarlo.

Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del cenit al nadir porque ése es tu

destino, tu miserable destino. Y mientras de más alto caigas, más alto será el rebote, más larga tu duración en la memoria de la piedra. Hemos saltado del vientre

de nuestra madre o del borde de una estrella y vamos cayendo. Ah mi paracaídas, la única rosa perfumada de la atmósfera, la rosa de la muerte, despeñada entre los astros de la muerte. ¿Habéis oído? Ése es el ruido siniestro de los pechos cerrados.

Abre la puerta de tu alma y sal a respirar al lado afuera. Puedes abrir con un suspiro la puerta que haya cerrado el huracán. Hombre, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el vértigo. Poeta, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el imán del abismo.

Mago, he ahí tu paracaídas que una palabra tuya puede convertir en un parasubidas maravilloso como el relámpago que quisiera cegar al creador. ¿Qué esperas? Mas

he ahí el secreto del Tenebroso que olvidó sonreír. Y el paracaídas aguarda amarrado a la puerta como el caballo de la fuga interminable.

CANTO I

Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad?

¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa

Con la espada en la mano?

¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios?

¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser?

Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir

¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor?

Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor

Estás perdido Altazor

Solo en medio del universo

Solo como una nota que florece en las alturas del vacío

No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza

¿En dónde estás Altazor?

La nebulosa de la angustia pasa como un río

Y me arrastra según la ley de las atracciones

La nebulosa en olores solidificada huye su propia soledad

Siento un telescopio que me apunta como un revólver

La cola de un cometa me azota el rostro y pasa relleno de eternidad

Buscando infatigable un lago quieto en donde refrescar su tarea ineludible

Altazor morirás Se secará tu voz y será invisible

La tierra seguirá girando sobre su órbita precisa

Temerosa de un traspiés como el equilibrista sobre el alambre que ata las miradas del pavor

En vano buscas ojo enloquecido

No hay puerta de salida y el viento desplaza los planetas

Piensas que no importa caer eternamente si se logra escapar

¿No ves que vas cayendo ya?

Limpia tu cabeza de prejuicio y moral

Y si queriendo alzarte nada has alcanzado

Déjate caer sin parar tu caída sin miedo al fondo de la sombra

Sin miedo al enigma de ti mismo

Acaso encuentres una luz sin noche

Perdida en las grietas de los precipicios

Cae

Cae eternamente

Cae al fondo del infinito

Cae al fondo del tiempo

Cae al fondo de ti mismo

Cae lo más bajo que se pueda caer

Cae sin vértigo

A través de todos los espacios y todas las edades

A través de todas las almas de todos los anhelos y todos los naufragios

Cae y quema al pasar los astros y los mares

Quema los ojos que te miran y los corazones que te aguardan

Quema el viento con tu voz

El viento que se enreda en tu voz

Y la noche que tiene frío en su gruta de huesos

Cae en infancia

Cae en vejez

Cae en lágrima

Cae en risas

Cae en música sobre el universo

Cae de tu cabeza a tus pies

Cae de tus pies a tu cabeza

Cae del mar a la fuente

Cae al último abismo del silencio

Como el barco que se hunde apagando sus luces

Todo se acabó

El mar antropófago golpea la puerta de las rocas despiadadas

Los perros ladran a las horas que se mueren

Y el cielo escucha el paso de las estrellas que se alejan

Estás solo

Y vas a la muerte derecho como un iceberg que se desprende del polo

Cae la noche buscando su corazón en el océano

La mirada se agranda como los torrentes

Y en tanto que las olas se dan vuelta

La luna niño de luz se escapa de alta mar

Mira este cielo lleno

Más rico que los arroyos de las minas

Cielo lleno de estrellas que esperan el bautismo

Todas esas estrellas salpicaduras de un astro de piedra lanzado en las aguas eternas

No saben lo que quieren ni si hay redes ocultas más allá

Ni qué mano lleva las riendas

Ni qué pecho sopla el viento sobre ellas

Ni saben si no hay mano y no hay pecho

Las montañas de pesca

Tienen la altura de mis deseos

Y yo arrojo fuera de la noche mis últimas angustias

Que los pájaros cantando dispersan por el mundo

Reparad el motor del alba

En tanto me siento al borde de mis ojos

Para asistir a la entrada de las imágenes

Soy yo Altazor

Altazor

Encerrado en la jaula de su destino

En vano me aferro a los barrotes de la evasión posible

Una flor cierra el camino

Y se levantan como la estatua de las llamas

La evasión imposible

Más débil marcho con mis ansias

Que un ejército sin luz en medio de emboscadas

Abrí los ojos en el siglo

En que moría el cristianismo

Retorcido en su cruz agonizante

Ya va a dar el último suspiro

¿Y mañana qué pondremos en el sitio vacío?

Pondremos un alba o un crepúsculo

¿Y hay que poner algo acaso?

La corona de espinas

Chorreando sus últimas estrellas se marchita

Morirá el cristianismo que no ha resuelto ningún problema

Que sólo ha enseñado plegarias muertas

Muere después de dos mil años de existencia

Un cañoneo enorme pone punto final a la era cristiana

El Cristo quiere morir acompañado de millones de almas

Hundirse con sus templos

Y atravesar la muerte con un cortejo inmenso

Mil aeroplanos saludan la nueva era

Ellos son los oráculos y las banderas

Hace seis meses solamente

Dejé la ecuatorial recién cortada

En la tumba guerrera del esclavo paciente

Corona de piedad sobre la estupidez humana

Soy yo que estoy hablando en este año de 1919

Es el invierno

Ya la Europa enterró todos sus muertos

Y un millar de lágrimas hacen una sola cruz de nieve

Mirad esas estepas que sacuden las manos

Millones de obreros han comprendido al fin

Y levantan al cielo sus banderas de aurora

Venid venid os esperamos porque sos la esperanza

La única esperanza

La última esperanza

Soy yo Altazor el doble de mí mismo

El que se mira obrar y se ríe del otro frente a frente

El que cayó de las alturas de su estrella

Y viajó veinticinco años

Colgado al paracaídas de sus propios prejuicios

Soy yo Altazor el del ansia infinita

Del hambre eterno y descorazonado

Carne labrada por arados de angustia

¿Cómo podré dormir mientras haya adentro tierras desconocidas?

Problemas

Misterios que se cuelgan a mi pecho

Estoy solo

La distancia que va de cuerpo a cuerpo

Es tan grande como la que hay de alma a alma

Solo

Solo

Solo

Estoy solo parado en la punta del año que agoniza

El universo se rompe en olas a mis pies

Los planetas giran en torno a mi cabeza

Y me despeinan al pasar con el viento que desplazan

Sin dar una respuesta que llene los abismos

Ni sentir este anhelo fabuloso que busca en la fauna del cielo

Un ser materno donde se duerma el corazón

Un lecho a la sombra del torbellino de enigmas

Una mano que acaricie los latidos de la fiebre

Dios diluido en la nada y el todo

Dios todo y nada

Dios en las palabras y en los gestos

Dios mental

Dios aliento

Dios joven Dios viejo

Dios pútrido

 lejano y cerca

Dios amasado a mi congoja

Sigamos cultivando en el cerebro las tierras del error

Sigamos cultivando las tierras veraces en el pecho

Sigamos

Siempre igual como ayer mañana y luego y después

No

No puede ser Cambiemos nuestra suerte

Quememos nuestra carne en los ojos del alba

Bebamos la tímida lucidez de la muerte

La lucidez polar de la muerte

Canta el caos al caos que tiene pecho de hombre

Llora de eco en eco por todo el universo

Rodando con sus mitos entre alucinaciones

Angustia de vacío en alta fiebre

Amarga conciencia del vano sacrificio

De la experiencia inútil del fracaso celeste

Del ensayo perdido

Y aún después que el hombre haya desaparecido

Que hasta su recuerdo se queme en la hoguera del tiempo

Quedará un gusto a dolor en la atmósfera terrestre

Tantos siglos respirada por miserables pechos plañideros

Quedará en el espacio la sombra siniestra

De una lágrima inmensa

Y una voz perdida aullando desolada

Nada nada nada

No

No puede ser

Consumamos el placer

Agotemos la vida en la vida

Muera la muerte infiltrada de rapsodias langorosas

Infiltrada de pianos tenues y banderas cambiantes como crisálidas

Las rocas de la muerte se quejan al borde del mundo

El viento arrastra sus florescencias amargas

Y el desconsuelo de las primaveras que no pueden nacer

Todas son trampas  trampas del espíritu

Transfusiones eléctricas de sueño y realidad

Oscuras lucideces de esta larga desesperación petrificada en soledad

Vivir vivir en tinieblas

Entre cadenas de anhelos tiránicos collares de gemidos

Y un eterno viajar en los adentros de sí mismo

Con dolor de límites constantes y vergüenza de ángel estropeado

Burla de un dios nocturno

Rodar rodar rotas las antenas en medio del espacio

Entre mares alados y auroras estancadas

Yo estoy aquí de pie ante vosotros

En nombre de una idiota ley proclamadora

De la conservación de las especies

Inmunda ley

Villana ley arraigada a los sexos ingenuos

Por esa ley primera trampa de la inconciencia

El hombre se desgarra

Y se rompe en aullidos mortales por todos los poros de su tierra

Yo estoy aquí de pie entre vosotros

Se me caen las ansias al vacío

Se me caen los gritos a la nada

Se me caen al caos las blasfemias

Perro del infinito trotando entre astros muertos

Perro lamiendo estrellas y recuerdos de estrella

Perro lamiendo tumbas

Quiero la eternidad como una paloma en mis manos

Todo ha de alejarse en la muerte esconderse en la muerte

Yo tú él nosotros vosotros ellos

Ayer hoy mañana

Pasto en las fauces del insaciable olvido

Pasto para la rumia eterna del caos incansable

Justicia ¿qué has hecho de mí Vicente Huidobro?

Se me cae el dolor de la lengua y las alas marchitas

Se me caen los dedos muertos uno a uno

¿Qué has hecho de mi voz cargada de pájaros en el atardecer

La voz que me dolía como sangre?

Dadme el infinito como una flor para mis manos

Seguir

No. Basta ya

Seguir cargado de mundos de países de ciudades

Muchedumbres aullidos

Cubierto de climas hemisferios ideas recuerdos

Entre telarañas de sepulcros y planetas conscientes

Seguir del dolor al dolor del enigma al enigma

Del dolor de la piedra al dolor de la planta

Porque todo es dolor

Dolor de batalla y miedo de no ser

Lazos de dolor atan la tierra al cielo las aguas a la tierra

Y los mundos galopan en órbitas de angustia

Pensando en la sorpresa

La latente emboscada en todos los rincones del espacio

Me duelen los pies como ríos de piedra

¿Qué has hecho de mis pies?

¿Qué has hecho de esta bestia universal

De este animal errante?

Esta rata en delirio que trepa las montañas

Sobre un himno boreal o alarido de tierra

Sucio de tierra y llanto

de tierra y sangre

Azotado de espinas y los ojos en cruz

La conciencia es amargura

La inteligencia es decepción

Solo en las afueras de la vida

Se puede plantar una pequeña ilusión

Ojos ávidos de lágrimas hirviendo

Labios ávidos de mayores lamentos

Manos enloquecidas de palpar tinieblas

Buscando más tinieblas

Y esta amargura que se pasea por los huesos

Y este entierro en mi memoria

Este entierro que se alarga en mi memoria

Este largo entierro que atraviesa todos los días mi memoria

Seguir

No

Que se rompa el andamio de los huesos

Que se derrumben las vigas del cerebro

Y arrastre el huracán los trozos a la nada al otro lado

En donde el viento azota a Dios

En donde aún resuene mi violín gutural

Acompañando el piano póstumo del Juicio Final

Eres tú tú el ángel caído

La caída eterna sobre la muerte

La caída sin fin de muerte en muerte

Embruja el universo con tu voz

Aférrate a tu voz embrujador del mundo

Cantando como un ciego perdido en la eternidad

Anda en mi cerebro una gramática dolorosa y brutal

La matanza continua de conceptos internos

Y una última aventura de esperanzas celestes

Un desorden de estrellas imprudentes

Caídas de los sortilegios sin refugio

Todo lo que se esconde y nos incita con imanes fatales

Lo que se esconde en las frías regiones de lo invisible

O en la ardiente tempestad de nuestro cráneo

La eternidad se vuelve sendero de flor

Para el regreso de espectros y problemas

Para el mirage sediento de las nuevas hipótesis

Que rompen el espejo de la magia posible

Liberación, ¡Oh! si liberación de todo

De la propia memoria que nos posee

De las profundas vísceras que saben lo que saben

A causa de estas heridas que nos atan al fondo

Y nos quiebran los gritos de las alas

La magia y el ensueño liman los barrotes

La poesía llora en la punta del alma

Y acrece la inquietud mirando nuevos muros

Alzados de misterio en misterio

Entre minas de mixtificación que abren sus heridas

Con el ceremonial inagotable del alba conocida

Todo en vano

Dadme la llave de los sueños cerrados

Dadme la llave del naufragio

Dadme una certeza de raíces en horizonte quieto

Un descubrimiento que no huya a cada paso

O dadme un bello naufragio verde

Un milagro que ilumine el fondo de nuestros mares íntimos

Como el barco que se hunde sin apagar sus luces

Liberado de este trágico silencio entonces

En mi propia tempestad

Desafiaré al vacío

Sacudiré la nada con blasfemias y gritos

Hasta que caiga un rayo de castigo ansiado

Trayendo a mis tinieblas el clima del paraíso

¿Por qué soy prisionero de esta trágica busca?

¿Qué es lo que me llama y se esconde

Me sigue me grita por mi nombre

Y cuando vuelvo el rostro y alargo las manos de los ojos

Me echa encima una niebla tenaz como la noche de los astros ya muertos?

Sufro me revuelco en la angustia

Sufro desde que era nebulosa

Y traigo desde entonces este dolor primordial en las células

Este peso en las alas

Esta piedra en el canto

Dolor de ser isla

Angustia subterránea

Angustia cósmica

Poliforme angustia anterior a mi vida

Y que la sigue como una marcha militar

Y que irá más allá

Hasta el otro lado de la periferia universal

Consciente

Inconsciente

Deforme

Sonora

Sonora como el fuego

El fuego que me quema el carbón interno y el alcohol de los ojos

Soy una orquesta trágica

Un concepto trágico

Soy trágico como los versos que punzan en las sienes y no pueden salir

Arquitectura fúnebre

Matemática fatal y sin esperanza alguna

Capas superpuestas de dolor misterioso

Capas superpuestas de ansias mortales

Subsuelos de intuiciones fabulosas

Siglos siglos que vienen gimiendo en mis venas

Siglos que se balancean en mi canto

Que agonizan en mi voz

Porque mi voz es solo canto y sólo puede salir en canto

La cuna de mi lengua se metió en el vacío

Anterior a los tiempos

Y guardará eternamente el ritmo primero

El ritmo que hace nacer los mundos

Soy la voz del hombre que resuena en los cielos

Que reniega y maldice

Y pide cuentas de por qué y para qué

Soy todo el hombre

El hombre herido por quién sabe quién

Por una flecha perdida del caos

Humano terreno desmesurado

Sí desmesurado y lo proclamo sin miedo

Desmesurado porque no soy burgués ni raza fatigada

Soy bárbaro tal vez

Desmesurado enfermo

Bárbaro limpio de rutinas y caminos marcados

No acepto vuestras sillas de seguridades cómodas

Soy el ángel salvaje que cayó una mañana

En vuestras plantaciones de preceptor

Poeta

Antipoeta

Culto

Anticulto

Animal metafísico cargado de congojas

Animal espontáneo directo sangrando sus problemas

Solitario como una paradoja

Paradoja fatal

Flor de contradicciones bailando un fox-trot

Sobre el sepulcro de Dios

Sobre el bien y el mal

Soy un pecho que grita y un cerebro que sangra

Soy un temblor de tierra

Los sismógrafos señalan mi paso por el mundo

Crujen las ruedas de la tierra

Y voy andando a caballo en mi muerte

Voy pegado a mi muerte como un pájaro al cielo

Como una fecha en el árbol que crece

Como el nombre en la carta que envío

Voy pegado a mi muerte

Voy por la vida pegado a mi muerte

Apoyado en el bastón de mi esqueleto

El sol nace en mi ojo derecho y se pone en mi ojo izquierdo

En mi infancia una infancia ardiente como un alcohol

Me sentaba en los caminos de la noche

A escuchar la elocuencia de las estrellas

Y la oratoria del árbol

Ahora la indiferencia nieva en la tarde de mi alma

Rómpanse en espigas las estrellas

Pártase la luna en mil espejos

Vuelva el árbol al nido de su almendra

Só1o quiero saber por qué

Por qué

Por qué

Soy protesta y araño el infinito con mis garras

Y grito y gimo con miserables gritos oceánicos

El eco de mi voz hacer tronar el caos

Soy desmesurado cósmico

Las piedras las plantas las montañas

Me saludan Las abejas las ratas

Los leones y las águilas

Los astros los crepúsculos las albas

Los ríos y las selvas me preguntan

¿Qué tal cómo está usted?

Y mientras los astros y las olas tengan algo que decir

Será por mi boca que hablarán a los hombres

Que Dios sea Dios

O Satán sea Dios

O ambos sean miedo nocturna ignorancia

Lo mismo da

Que sea la Vía Láctea

O una procesión que asciende en pos de la verdad

Hoy me es igual

Traedme una hora que vivir

Traedme un amor pescado por la oreja

Y echadlo aquí a morir ante mis ojos

Que yo caiga por el mundo a toda máquina

Que yo corra por el universo a toda estrella

Que me hunda o me eleve

Lanzado sin piedad entre planetas y catástrofes

Señor Dios si tú existes es a mí a quien lo debes

Matad la horrible duda

Y la espantosa lucidez

Hombre con los ojos abiertos en la noche

Hasta el fin de los siglos

Enigma asco de los instintos contagiosos

Como las campanas de la exaltación

Pajarero de luces muertas que andan con pies de espectro

Con los pies indulgentes del arroyo

Que se llevan las nubes y cambia de país

En el tapiz del cielo se juega nuestra suerte

Allí donde mueren las horas

El pesado cortejo de las horas que golpean el mundo

Se juega nuestra alma

Y la suerte que se vuela todas las mañanas

Sobre las nubes con los ojos llenos de lágrimas

Sangra la herida de las últimas creencias

Cuando el fusil desconsolado del humano refugio

Descuelga los pájaros del cielo

Mírate allí animal eterno desnudo de nombre

Junto al abrevadero de tus límites propios

Bajo el alba benigna

Que zurce el tejido de las mareas

Mira a lo lejos viene la cadena de hombres

Saliendo de la usina de ansias iguales

Mordidos por la misma eternidad

Por el mismo huracán de vagabundas fascinaciones

Cada uno trae su palabra informe

Y los pies atados a su estrella propia

Las máquinas avanzan en la noche del diamante fatal

Avanza el desierto con sus olas sin vida

Pasan las montañas pasan los camellos

Como la historia de las guerras antiguas

Allá va la cadena de hombres entre fuegos ilusos

Hacia el párpado tumbal

Después de mi muerte un día

El mundo será pequeño a las gentes

Plantarán continentes sobre los mares

Se harán islas en el cielo

Habrá un gran puente de metal en torno de la tierra

Como los anillos construidos en Saturno

Habrá ciudades grandes como un país

Gigantescas ciudades del porvenir

En donde el hombre-hormiga será una cifra Un número que se mueve

y sufre y baila

(Un poco de amor a veces como un arpa que hace olvidar la vida)

Jardines de tomates y repollos

Los parques públicos plantados de árboles frutales

No hay carne que comer el planeta es estrecho

Y las máquinas mataron el último animal

Árboles frutales en todos los caminos

Lo aprovechable sólo lo aprovechable

Ah la hermosa vida que preparan las fábricas

La horrible indiferencia de los astros sonrientes

Refugio de la música

Que huye de las manos de los últimos ciegos

Angustia angustia de lo absoluto y de la perfección

Angustia desolada que atraviesa las órbitas perdidas

Contradictorios ritmos quiebran el corazón

En mi cabeza cada cabello piensa otra cosa

Un hastío invade el hueco que va del alba al poniente

Un bostezo color mundo y carne

Color espíritu avergonzado de irrealizables cosas

Lucha entre la piel y el sentimiento de una dignidad bebida y no otorgada

Nostalgia de ser barro y piedra o Dios

Vértigo de la nada cayendo de sombra en sombra

Inutilidad de los esfuerzos fragilidad del sueño

Ángel expatriado de la cordura

¿Por qué hablas Quién te pide que hables?

Revienta pesimista mas revienta en silencio

Cómo se reirán los hombres de aquí a mil años

Hombre perro que aúllas a tu propia noche

Delincuente de tu alma

El hombre de mañana se burlará de ti

Y de tus gritos petrificados goteando estalactitas

¿Quién eres tú habitante de este diminuto cadáver estelar?

¿Qué son tus náuseas de infinito y tu ambición de eternidad?

Átomo desterrado de sí mismo con puertas y ventanas de luto

¿De dónde vienes a dónde vas?

¿Quién se preocupa de tu planeta?

Inquietud miserable

Despojo del desprecio que por ti sentiría

Un habitante de Betelgeuse

Veintinueve millones de veces más grande que tu sol

Hablo porque soy protesta insulto y mueca de dolor

Sólo creo en los climas de la pasión

Sólo deben hablar los que tienen el corazón clarividente

La lengua a alta frecuencia

Buzos de la verdad y la mentira

Cansados de pasear sus linternas en los laberintos de la nada

En la cueva de alternos sentimientos

El dolor es lo único eterno

Y nadie podrá reír ante el vacío

¿Qué me importa la burla del hombre-hormiga

Ni la del habitante de otros astros más grandes?

Y yo no sé de ellos ni ellos saben de mí

Yo sé de mi vergüenza de la vida de mi asco celular

De la mentira abyecta de todo cuanto edifican los hombres

Los pedestales de aire de sus leyes e ideales

Dadme dadme pronto un llano de silencio

Un llano despoblado como los ojos de los muertos

¿Robinsón por qué volviste de tu isla?

De la isla de tus obras y tus sueños privados

La isla de ti mismo rica de tus actos

Sin leyes ni abdicación ni compromisos

Sin control de ojo intruso

Ni mano extraña que rompa los encantos

¿Robinsón cómo es posible que volvieras de tu isla?

Malhaya el que mire con ojos de muerte

Malhaya el que vea el resorte que todo lo mueve

Una borrasca dentro de la risa

Una agonía de sol adentro de la risa

Matad al pesimista de pupila enlutada

Al que lleva un féretro en el cerebro

Todo es nuevo cuando se mira con ojos nuevos

Oigo una voz idiota entre algas de ilusión

Boca parasitaria aún de la esperanza

Idos lejos de aquí restos de playas moribundas

Mas si buscáis descubrimientos

Tierras irrealizables más allá de los cielos

Vegetante obsesión de musical congoja

Volvamos al silencio

Restos de playas fúnebres

¿A qué buscáis el faro poniente

Vestido de su propia cabellera

Como la reina de los circos?

Volvamos al silencio

Al silencio de las palabras que vienen del silencio

Al silencio de las hostias donde se mueren los profetas

Con la llaga del flanco

Cauterizada por algún relámpago

Las palabras con fiebre y vértigo interno

Las palabras del poeta dan un mareo celeste

Dan una enfermedad de nubes

Contagioso infinito de planetas errantes

Epidemia de rosas en la eternidad

Abrid la boca para recibir la hostia de la palabra herida

La hostia angustiada y ardiente que me nace no se sabe dónde

Que viene de más lejos que mi pecho

La catarata delicada de oro en libertad

Correr de río sin destino como aerolitos al azar

Una columna se alza en la punta de la voz

Y la noche se sienta en la columna

Yo poblaré para mil años los sueños de los hombres

Y os daré un poema lleno de corazón

En el cual me despedazaré por todos lados

Una lágrima caerá de unos ojos

Como algo enviado sobre la tierra

Cuando veas como una herida profetiza

Y reconozcas la carne desgraciada

El pájaro cegado en la catástrofe celeste

Encontrado en mi pecho solitario y sediento

En tanto yo me alejo tras los barcos magnéticos

Vagabundo como ellos

Y más triste que un cortejo de caballos sonámbulos

Hay palabras que tienen sombra de árbol

Otras que tienen atmósfera de astros

Hay vocablos que tienen fuego de rayos

Y que incendian donde caen

Otros que se congelan en la lengua y se rompen al salir

Como esos cristales helados y fatídicos

Hay palabras con imanes que atraen los tesoros del abismo

Otras que se descargan como vagones sobre el alma

Altazor desconfía de las palabras

Desconfía del ardid ceremonioso

Y de la poesía

Trampas

Trampas de luz y cascadas lujosas

Trampas de perla y de lámpara acuática

Anda como los ciegos con sus ojos de piedra

Presintiendo el abismo a todo paso

Mas no temas de mí que mi lenguaje es otro

No trato de hacer feliz ni desgraciado a nadie

Ni descolgar banderas de los pechos

Ni dar anillos de planetas

Ni hacer satélites de mármol en torno a un talismán ajeno

Quiero darte una música de espíritu

Música mía de esta cítara plantada en mi cuerpo

Música que hace pensar en el crecimiento de los árboles

Y estalla en luminarias dentro del sueño.

Yo hablo en nombre de un astro por nadie conocido

Hablo en una lengua mojada en mares no nacidos

Con una voz llena de eclipses y distancias

Solemne como un combate de estrellas o galeras lejanas

Una voz que se desfonda en la noche de las rocas

Una voz que da la vista a los ciegos atentos

Los ciegos escondidos al fondo de las casas

Como al fondo de sí mismos

Los veleros que parten a distribuir mi alma por el mundo

Volverán convertidos en pájaros

Una hermosa mañana alta de muchos metros

Alta como el árbol cuyo fruto es el sol

Una mañana frágil y rompible

A la hora en que las flores se lavan la cara

Y los últimos sueños huyen por las ventanas

Tanta exaltación para arrastrar los cielos a la lengua

El infinito se instala en el nido del pecho

Todo se vuelve presagio ángel entonces

El cerebro se torna sistro revelador

Y la hora huye despavorida por los ojos

Los pájaros grabados en el cenit no cantan

El día se suicida arrojándose al mar

Un barco vestido de luces se aleja tristemente

Y al fondo de las olas un pez escucha el paso dc los hombres

Silencio la tierra va a dar a luz un árbol

La muerte se ha dormido en el cuello de un cisne

Y cada pluma tiene un distinto temblor

Ahora que Dios se sienta sobre la tempestad

Que pedazos de cielos caen y se enredan en la selva

Y que el tifón despeina las barbas del pirata

Silencio la tierra va a dar a luz un árbol

Tengo cartas secretas en la caja del cráneo

Tengo un carbón doliente en el fondo del pecho

Y conduzco mi pecho a la boca

Y la boca a la puerta del sueño

El mundo se me entra por los ojos

Se me entra por las manos se me entra por los pies

Me entra por la boca y se me sale

En insectos celestes o nubes de palabras por los poros

Silencio la tierra va a dar a luz un árbol

Mis ojos en la gruta de la hipnosis

Mastican el universo que me atraviesa como un túnel

Un escalofrío de pájaro me sacude los hombros

Escalofrío de alas y olas interiores

Escalas de olas y alas en la sangre

Se rompen las amarras de las venas

Y se salta afuera de la carne

Se sale de las puertas de la tierra

Entre palomas espantadas

Habitante de tu destino

¿Por qué quieres salir de tu destino?

¿Por qué quieres romper los lazos de tu estrella

Y viajar solitario en los espacios

Y caer a través de tu cuerpo de tu cenit a tu nadir?

No quiero ligaduras de astro ni de viento

Ligaduras de luna buenas son para el mar y las mujeres

Dadme mis violines de vértigo insumiso

Mi libertad de música escapada

No hay peligro en la noche pequeña encrucijada

Ni enigma sobre el alma

La palabra electrizada de sangre y corazón

Es el gran paracaídas y el pararrayos de Dios

Habitante de tu destino

Pegado a tu camino como roca

Viene la hora del sortilegio resignado

Abre la mano de tu espíritu

El magnético dedo

En donde el anillo de la serenidad adolescente

Se posará cantando como el canario pródigo

Largos años ausente

Silencio

Se oye el pulso del mundo como nunca pálido

La tierra acaba de alumbrar un árbol






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