(S)lo que va en paréntesis es de a autoria de Oscar Sierra Pandolfi. Lo demas se referensea la autoria del escritor Mario Membreñoo Cedillo.
De la poesía de 1940 a 1950 segunda parte
Mario A. Membreño Cedillo[1] hace una exposición e interpretación histórico literaria del poeta y ensayista Alfonso Guillen Zelaya, poco conocido en nuestros medios comunicativos, educativos e intelectuales, conocido, solo con el texto: Lo esencial. Al mismo tiempo, iremos involucrándonos en la respectiva forma ensayística. Alfonso Guillén Zelaya: la naturaleza como Sujeto Poético.
Alfonso Guillen Zelaya, (1888-1947), es un poeta, periodista y pensador, oriundo de Juticalpa, Olancho. Honduras. Su obra abarca la prosa y la poesía. Una buena parte de pensamiento está disperso en revistas y diarios, tanto de Honduras como México.
En el género de ensayo cabe mencionar La inconformidad del hombre. En su trabajo periodístico, Alfonso Guillen Zelaya.
Conciencia de una época. Tomo I y II. (Prosa) Editorial Universitaria, Tegucigalpa, 1999. En el campo poético, El quinto silencio, Colección 18 Conejo. UNAH 1994, que agrupa 65 poemas. Guillen Zelaya, ¿Poeta modernista o postmodernista o con sustratos de un romanticismo tardío?
(1.S)La pregunta que promueve Membreño Cedillo (2018) es clave para ubicar estéticamente la obra de Alfonso Guillen Zelaya. Su pensamiento se caracteriza por una combatividad ética y social, que plasma no solo en su prosa, sino también en su obra poética.
En tanto poeta, hay varios giros en que se renueva su vocación ético-creativa, ya que en algunos de sus poemas asoma también una veta filosófica ontológica.
Por ejemplo en sus poemas Lo esencial, La espiral de la historia o El quinto silencio, éste último poema, tan alabado por Don Medardo Mejía. Y que sirvió de título a una recopilación de su obra poética, con un prólogo del mismo Medardo Mejía.
(1) y en el cual en su primera parte Ayer, esboza ese primer paisaje prístino del hombre natural de Rousseau.
(2.S) la profundidad filosófica y ética, estamos de acuerdo, sean los vértices que fecundan su prosa y su intento poético.
Tal como lo cita Membreño Cedillo, al referirse a lo que plantea Medardo Mejía lo describe de la siguiente manera: “Era de regular estatura, más alto que bajo. De raza blanca, como descendiente de los viejos criollos de Olancho, ennoblecidos con las mercedes del Rey de España. Cabeza grande y bien formada de pensador; pelo abundante, negro y sedoso; frente espaciosa y límpida; ojos entre oscuros y claros, de mirar penetrante; nariz aguileña, exactamente acomodada al conjunto facial; boca ancha, labios delgados, que conocían la sonrisa y nunca la carcajada. El rostro de Guillén Zelaya sugería al pensador francés. Se parecía con Ernesto Renán”.
(3.S) Cuando se hace una alusión al perfil genotípico y fenotípico, pues aporta esencialmente, en conocer al poeta desde una dimensión ontológico- histórico. Ya que su poesía, básicamente, no es conocida por el público.
“De tal manera nos parece vigente –aún con las limitaciones de su época- el pensamiento de Guillen Zelaya, que Ramón Oqueli, en un acucioso ensayo “Don Alfonso, el de la inmensa fe”; llama a Guillen Zelaya: “poeta, apóstol y profeta” (30).Por su parte Rafael Heliodoro Valle decía que Guillén Zelaya “era uno de los soldados de la aurora y solo de ella recibía órdenes”. Constantino Suasnavar lo llamó el “Alto Comisario del Verso”. Raúl Gilberto Tróchez lo definió como “un poeta trashumante” y Raúl Arturo Pagoaga dijo que Guillén Zelaya tenía “la furia de la claridad y la altivez de la humildad”.
(4.S) Guillen Zelaya, digamos, con certeza, que es nuestro Alfonso Reyes. Pensador y poeta, tiene cavidad, si nos acordamos de María Zambrano cuando se refiera a filosofía y poesía. Al mismo George Steiner cuando nos habla de la filosofía poética, o de la poética filosófica. Digamos, que era nuestro José Ingenieros, con la cobertura ética de una visión kantiana, al sopor de la filosofía empírica, y a la luz del periodismo ilustrado. Quizás, por ello, su poesía no cuajó, porque se dimensionó hacia otras actividades esféricas, que descentralización su labor poética.
“Si resulta profético que Guillen Zelaya sobre otro de los tópicos de este nuevo milenio, la globalización, Guillén Zelaya anhelaba la unión de América y creía en la integración centroamericana, vislumbraba una sociedad mundial sin fronteras, global y futura. Así lo apreciamos —,con cierto eco de ensoñación poética de Whitman— (4) en su poema, “La Espiral de la Historia”. Leámoslo:
Mañana
(…)
Gentes del porvenir, compactas y felices
sin límite de espacios, de patrias ni de océanos,
en todos los países hallareis vuestros países
sobre la tierra todos serán vuestros hermanos.
(…)
En otro de sus artículos, casi con espíritu Franciscano, afirmaba: “debemos enseñar a nuestras gentes el amor al aire, el agua y el sol” (39)”. (5)
“Concibiendo al hombre no por encima de la naturaleza, sino coexistiendo con la naturaleza. Sin resultar extraño que la fundación cósmica entre hombre y naturaleza, lo situara en posiciones cercanas-aun sin serlo-al humanismo cristiano. Decía en uno de sus artículos: “Jesús de Nazareth trae a la humanidad ese impulso de cohesión característico de la naturaleza hacia todo lo que vive y le da sentido de fraternidad universal al amor humano” (40) (6). Para Guillen Zelaya, como el mismo lo dijo en uno de sus poemas: “el amor es Dios mismo”.
(5.S) Alfonso Guillen Zelaya, navegó en los truculentos y sinuosos caminos de la filosofía y dio un salto vertiginoso al pensamiento y la poesía. Resulta evidente, que su talento no mutó hacia el aliento de la musa, y se quedó en el aliento del pensamiento universal. Pero en esta ocasión estamos prestando prioridad a una veta que si bien está a la vista, no es dimensionada en su correcta apreciación. Esa visión casi franciscana de Guillen Zelaya por la naturaleza: agua, ríos, arboles.
La tierra toda. Y es que Guillen Zelaya, sin ser cristiano sintoniza su visión desde un humanismo marxista y desde una aproximación al panteísmo. Su Dios como diría Medardo Mejía es a lo Spinoza.
Seleccionamos varios poemas que cantan a la naturaleza, y que acerca a Guillen Zelaya a un estado contemplativo y de reposada tranquilidad.
(6.S) Algunos filósofos griegos pre clásicos, urdieron en el arkhé o arjé del fuego, del agua y del viento, un Heráclito, un Empédocles, un Anaxímenes, esa vuelta hacia el naturalismo, el acopio de la esencia contra la apariencia, y disparo hacia la racionalidad. Supo sostener esa relación ontológica entre poesía y flotación de ideas.
Tal y como Wordsworth o encontramos en Guillen Zelaya, en algunos de sus poemas esa rusticidad de la naturaleza y quienes habitan en ella; que a veces se respira en ciertos poemas de Robert Frost. Sin embargo, la distancia entre el enfoque naturalista de Frost y Guillen Zelaya, es opuesto.
Ya que Frost tiene una visión más realista y equilibrada sobre la naturaleza. Frost concibe una naturaleza en que también hay peligro y destrucción. Mientras que Guillen Zelaya, detenta una visión más franciscana y amigable con la naturaleza. Guillen Zelaya está más cerca del hombre natural de Rousseau.
(7.S) Diríamos que Guillen Zelaya, se percata axiológicamente, que la naturaleza, está intacta, invicta, en su esencia, en su vitalidad, no es un bucolismo sosegado, o una copia original de ese discurrir, es un devenir, que se apropia de sus filamentos versuales, sea posmodernismo o romanticismo, o naturalismo. Es un mundo apotético, designa la posición fenomenológica (locus apparens), que es característica de los objetos que percibimos en nuestro “mundo entorno”.
En cuanto a Wordsworth, ese poeta del romanticismo inglés, muy cercana a la naturaleza y a la contemplación en tranquilidad. En Guillen Zelaya, en un buen número de sus poemas también se respira ese sosiego y reflexión contemplativa.
Sin embargo también guarda una prudente distancia con Wordsworth. Si bien el romanticismo de Guillen Zelaya es un romanticismo tardío. Y no conserva todos los contenidos del romanticismo.
(7.S) La comparación es precisa, aunque, Guillén Zelaya, no abandone la contemplación, el acto en potencia y en si capta la natura, y se deja irrumpir por el trazo del verso inquieto en el ritmo y la rima clásica. Tesitura propia de la música, aprehende la música del dintorno, la música del río, del viento, de la naturaleza, por ello, sus pocos poemas, ahondan en el espíritu humano como Hölderin con sus cantos nocturnos.
El romanticismo en su entramado, perviven la tristeza, la melancolía, lo pasional del yo. Y hasta despunta a lo lejos el tenebrismo.
El atisbo neorromántico tardío de Guillen Zelaya, se explaya en una visión más positiva y fraterna del mundo. Veámosle:
Es un largo camino (7) 24p:
Yo no escucho las almas de pronto, mi manera
De indagar su misterio necesita un reposo
Primero advierto el eco, después la voz entera,
Y así voy descendiendo hasta lo misterioso.
(8S). Atravieso la esencia de los poetas antiguos helénicos, Un Píndaro o un Calimaco. O un Pisón o un Hermógenes. Lógicamente, si dio un paso hacia la filosofía antigua, netamente, su influencia fantasmal es la poesía griega como modelo eterno.
En estos versos el poeta nos describe una de las variantes de su método poético. Su ars poética, afincada en ese reposo, paso previo a la contemplación. Otra manera de decir la tranquilidad en la contemplación a lo Wordsworth.
En el poema Cuando aspiro un perfume, (8) p.22
“Cuando aspiro un perfume me acuerdo de mi infancia”
(…)
“cuando aspiro un perfume, yo aspiro el universo”.
En el poema Voces de viejas cosas (9) p.27
A veces de lejanos veneros de armonía
que yo entre la inconsciencia y la intuición escucho,
me llegan hechos versos ¡quién sabe por qué vía!
voces de viejas cosas vividas hace mucho.
(9.S) se apropia de la esencia del ser y la imbrica con una simbiosis alegórica de perfecta sensación lingüística.
Poeta que hace gala de los sentidos para acercarse a la poesía. Bunkše señala “que el desarrollo de un sentido territorial,se logra a través de la multisensorialidad”(10).
En Guillén Zelaya, ese sentido de pertenencia a su tierra, estaba altamente desarrollado, y proviene de su infancia y juventud. Donde tuvo un contacto muy cercano a la naturaleza.
Pese haber vivido una buena parte de su vida en México. La multisensorialidad está divida en los sentidos del aire: vista y oído, y los sentidos de la tierra, olfato, tacto y gusto. Una tesis que recuerda las tesis de Bachelard. Oigamos a Guillen Zelaya:
En su poema Señor, yo pido un huerto, (11) p.82.
Señor, dadme un sendero con árboles y pájaros.
Más adelante el poeta dice:
Salir a la campiña y florecer en ella.
Casi franciscanamente: Hazme un instrumento de tu paz. Guillen Zelaya que incluso en uno de sus poemas menciona a San francisco de Asís.
(10.S) A pesar de sus vastas lecturas, y bajo la influencia de los modernistas, su poesía, quedó enmarcada en un estilo sublime, universal, pero, de poca producción lírica”.
En su poema Como el destino (12) p. 35.
“Es la fuente o el aprisco
que se dan en el sendero
Sin saber si es San Francisco o es Caín el pasajero”,
Y secularmente un sueño utópico. En su famoso poema: El quinto silencio, Guillen Zelaya, a pesar que es un poema con una nutrida carga filosófica, vuelve al origen y se hace de elementos de la naturaleza, los puntos clave de su posición ontológica: mar sonoro, tempestad, gema, flor, mariposa, playa. Su fuente:
“Arroyos de infinito que integran una fuente”, (13) p.11.
Nos recuerda al poeta inglés Andrew Marvel y los orígenes de la poesía bucólica o pastoril, (14)
Sin embargo esa ontología naturalista de Guillen Zelaya queda expresada, en forma de a piedra angular de su poesía naturalista. En el verso:
En el poema La Florida (15) p.81
“Yo he querido copiarte en estas rimas
Como copian las aguas el paisaje”.
Posición que recalca en su poema Anhelo florido (16) p.62
Esta noche, jardín todo en ti lo resume
Mi vida
The Garden
Andrew Marvel
l
The mind, the ocean where each kind
Does straight its own resemblance find;
Yet it creates, transcending these,
For others worlds, and other seas,
Annihilating all that´s made
To a green thought is a green shade.
Guillen Zelaya un Poeta de la Naturaleza
(11.S) Aunque la natura, el contenido bucólico, el retrato vivo del agua, el fluir del viento, la montaña, dejan un lastre geográfico hacia lo ruralesco. Semejante a la poesía de pastorcillos.
Una de las vertientes significativas de la poesía de Guillen Zelaya es la naturaleza. Ya sea por su amor fraterno a la misma, o como modelo referencial en primer plano y en segundo plano la significación que este elemento natural le robustece y afinca en su obra poética.
Siempre busca esa altura e idealización de sus poemas basados en elementos de la naturaleza: montaña, océano, cumbres, fuente, valles, paisaje, bosque, pero sobre todo hay un binomio notable representado en los árboles y el agua. Y no lo hace como elementos decorativos o para decantar una rima. Hay en los poemas de Guillen Zelaya un desarrollo orgánico y sustentable de la naturaleza como Sujeto poético.
(12.S) Guillen Zelaya, no se desprende de las fuentes filosóficas, la influencia de Alfonso Reyes y de José Ingenieros.
La naturaleza al ser así concebida es elevada al rango de un personaje singular y de igualdad. De aquí que el poeta dialoga con la naturaleza y se trasmuta en parte de esa naturaleza. Ese parangón inmanente de Guillen Zelaya por la naturaleza. No era externo a él, sino una naturaleza que vive y crece en él. Conjunción de naturaleza y hombre, plasmada en varios de sus poemas: En el poema Lo que yo quise (18) p.21
Pues nada vio en ti que respondiera
a esta enorme ansiedad de mi tristeza
que desde el fondo de sus simas era
como un afán de la naturaleza.
En el poema Canto a Honduras (19) 68-70p.
Nobles pinos de Honduras, espejo de grandeza,
perpetuo desafío de la naturaleza.
Más adelante en el mismo poema dice:
El pino es horizonte. El pino es un ejemplo.
En nuestra vida tiene la majestad de un templo.
En el poema Mi madre me decía (20) p.76
De amanecer besando la luz, de cada día,
y no maldecir nada de la naturaleza.
En el poema Lo que yo quise. (21) p.21
Mas nada vio en ti que respondiera
a esta enorme ansiedad de mi tristeza
que desde el fondo de sus simas era
como un afán de la naturaleza.
En el poema Como el destino, (22) p.35.
En la fuente o el aprisco
que se dan en el sendero
En el poema Mañana de la espiral de la historia, (23) p.114
La tragedia del hombre aniquilando al hombre
para enfrentarse en masa con la Naturaleza.
Y su ideario naturalista en el verso, de su poema El amor (24) p. 106
“Seamos hijos mansos de la naturaleza.
En el poema El retorno, (25), p.108
Aquí mi verso tiene una sin par grandeza:
siento que hablara por la naturaleza
y por la Sociedad ¡Con fuego de las dos!.
Una fraternidad que le viene desde la niñez, de su poema Mi madre me decía (26) p.75:
Mi madre lo decía: “Tú tienes desde niño
gran amor por la tierra. Al volver de la escuela
y correr hacia el huerto, te note ese cariño.
Igual era mi abuela.”
Pero ese amor por lo fraterno de la naturaleza, no se queda en un simple enunciado, es una inquietud metafísica que en Guillen Zelaya va más allá. Hay un anhelo por vivir la naturaleza misma. Un anhelo recóndito por emular la soberanía de la naturaleza. Y se vale de ella como su ciencia y su maestra universal.
(13)No logró sedimentar en la poesía, y posterior a su muerte, le recopilaron sus poemas en un libro: el quinto silencio.
En su ensayo El sentido de la imaginación en Wordsworth: Bravo De Delorme afirma:
“Puede decirse que es originaria la vida que se repite poéticamente porque el poeta no ha abandonado la guía de la naturaleza, pues "de ella recibe / aquella fuerza por la cual busca él la verdad, / desde ella aquella feliz calma de la mente / que la ajusta a recibirla aun sin buscarla" (Wordsworth 1995a 877; todas las traducciones son propias). En la vida orientada por la naturaleza el poeta reconoce la originaria vinculación de la existencia con el mundo” (…) Pero porque ha nacido abiertamente al mundo bajo la orientación de la naturaleza y ha mantenido esta referencia de manera esencial a través de los grandes sentimientos, en suma, porque el poeta ha llegado a ser, de manera más profunda, el vínculo con las cosas, puede recrear y volver a sentir sus primeros años por el poder mismo que le dio la naturaleza. En ese sentido dice Wordsworth: "De ahí que el Genio del poeta / pueda osadamente tomar su camino / entre los hombres, donde Natura lo / guíe; que haya él estado junto a Natura / desde antaño y que siempre lo esté" (1995a 882). (27)
Guillen Zelaya se compara con la naturaleza o se trasforma en ella:
En el poema Ella (28) p.26
Del alma mía inacabable brota
un sueño de alas místicas y hurañas,
el mismo sueño que hecho nieblas flota
siempre que están pensando las montañas.
En el poema En el tren, (29) p.31
Nuestras vidas silenciosas
vieron horizontes vagos,
y garzas y mariposas
sobre el sueño de los lagos;
En el poema Una voz de poeta, (30) p.46-47
El poeta quisiera ser parte de la naturaleza para …pero también duda de su destino de poeta.
Que dicha ser la sombra que alentó al peregrino;
Que dicha ser la fuente que le apago la sed,
A un campo cultivado en mitad del camino
(…)
A veces me he sentido esa agua de la tierra
que fertiliza tierras y que abrevan vacadas;
(…)
Si hubiese sido el alma de un sueño de profeta,
la ciencia de la hormiga de un ave o una araña,
y no que soy apenas una voz de poeta
que ignora si es abismo o ascenderá a montaña.
En el poema Xelaju (31) p.55
La vida que hay detrás de esa montaña,
que se eleva al poniente del camino,
tiene la dimensión de mi destino
y encierra el contrapunto de mi entraña.
En el poema El ala del destino (32) p. 64-65
Pero es terca la fe y no me abandona,
mi optimismo es tan hondo como el mar,
EL paso del viento (33) p.67
¡Oh insaciable sed de alado movimiento!
¡Oh inquietud errante y agorera!
¡Quien pudiera siquiera,
Ser hoja llevada por el viento!
Y es estos últimos versos, el poeta, ya que lo hace en calidad de poeta, confiesa su impotencia ante el poder benefactor de la naturaleza. Y nos recuerda al poeta romántico Keats quien también confesaba en su Oda a un ruiseñor, su limitación humana ante el canto e inmortalidad del ruiseñor.
En el poema Quiero ser sencillo (34) p.84
Como no me hablara con sabor la savia
y aroma de tierra después de la lluvia,
la voz, de mí mismo, la voz de las piedras,
la pena del agua, la razón del musgo.
En el poema Ya volveré a vosotros (35) p.86
¡Al don de un horizonte, sucede otro horizonte,
inacabable siempre es la ascensión al monte!
Así tenemos ese anhelo donde el poeta no solo medita auxiliado por los elementos de la naturaleza, sino que sustancia para entrar en un estado contemplativo. Y hacemos la diferencia entre meditación y contemplación, citando a Valle Inclán:
(14.S) el panteísmo de Spinoza entre otros filósofos, o quizás el poeta, se deja llevar por las estructuras pasadas de moda del modernismo disipado y rancio.
“Hay dos maneras de conocer, que los místicos llaman Meditación y Contemplación. “La Meditación es aquel enlace de razonamiento por donde se llega a una verdad, y la Contemplación es la misma verdad deducida cuando se hace substancia nuestra, olvidado el camino que enlaza razones, y pensamientos con pensamientos.
La Contemplación es una manera absoluta de conocer, una intuición amable, deleitosa y quieta, por donde el alma goza la belleza del mundo, privada del discurso y en divina tiniebla. (36).
Ahora oigamos a Guillen Zelaya:
En el poema Viraje (37) p.48
Principio a meditar en el viraje
de vivir en la paz de mis ingresos
contemplando impertérrito el paisaje. (38)
En este poema Guillen Zelaya, vuelve, previo a la meditación, al estado contemplativo de la naturaleza como fuente de sus poemas. Variante poética que repite:
En el poema El despertar de Juan, (39) p.93-97
Hay un patio, y sobre el patio, fulgido, sereno, vago.
Tal una meditación, se va desdoblando un lago.
En Guillen Zelaya no hay una meditación a priori, no existen razonamientos poéticos, ni una visión intelectualizada de la poesía y de los sujetos poetizados. Sino el paso directo a la sustancia contemplativa. Pensamiento que también nos vuelve al Wordsworth contemplador de la naturaleza.
(15.S) en poesía, la noema es capaz de pensamiento en la tesitura del poema. El poeta no cuestiona, canta, y deja que el acto de pensar sea reflexivo, le quita potencia, para evitar navegar en la pureza filosófica, va a la imagen, al ritmo, a la rima, para luego soltar el tono.
[1] https://plazadelaspalabras.blogspot.com/2018/05/alfonso-guillen-zelaya-el-poeta-de-la.html
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