LOS POETAS QUIEREN SER ROBOT/MELVIN SALGADO

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Sin tu00edtulodddd



¿Dónde quedó la magia de lo secreto?

Nuestras vidas:

redes interconectadas,

marionetas programadas.

Fotos pulcras,

almas con el ciberespacio,

un me gusta,

comentarios,

aprobación.

Muros bisexuales,

vitrinas ateas,

trofeos con SIDA,

logros derrotados,

almas adictas,

red cibernética o fosa escéptica,

emoticones diabéticos,

palabras caducas ebrias

por un abrazo.

Sistema Binario

Binario de boca desnuda,

estructura de maniáticos

signos ortográficos,

mundos erguidos al pie

de una estatua

de herbívoros sexuales,

la danza de ceros y 1

viajan sin regreso

a dar la vuelta al mundo

en miles de segundos,

el silencio grita,

ciencia de ciegos con bifocales miopes

y tecnología de una carreta de bueyes

con rayos láser al amanecer,

y aparece un camaleón

que baila al son de una peluca paralítica

y la metáfora en un jazz bajo la lluvia

de zappings con pulsos eléctricos

de números absurdos bailando ballet

en el teatro maldito de una pantalla.

Una calculadora juega a escondidas

con sumas imperfectas

y restas vapuleadas por la fina destreza

de la muerte virtual.

Coreografía imperfecta

de una mueca adúltera

soslaya una selfi herida,

y un código secreto

descifra la mente del aire

y el alfabeto aprende las vocales

usando preservativos de sabores,

para hacer el amor con una rima sin coraje.

Lengua babélica

informática presumida

de redes trastornadas

con cables estériles

un idioma de máquinas bonsáis

trasmigra el tarot alfanumérico

en caballeros disfrazados de datos

y de fornicarias aletas

de pez hermafroditas

y poesía de ice cream,

verso libre

de columpios gerontológicos,

estrías bits y bytes se toman una pic

con la astucia y la ignorancia

con sus trenzas de la Pequeña Lulú,

un sentimiento se retracta

de una hipótesis con labios leporinos

y la teoría se exhibe

con cálculos imprecisos

de resultados de látex y lija,

algoritmos de poesía cobarde

amamanta sus pezones

de semántica travesti

y que de escribir nunca se agotan

sus guantes de seda para excomulgar

al plagio de sus perfumes baratos

con un robot vestido

de poeta amable y diplomático.


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