Del libro de ensayos literarios “Palabra Poseída” de Oscar Sierra, sobre la obra poética de José Ortega.
La Musa universal y el verso breve en la poética de Mal de la Rosa [1997]
Según lo que nos precisa y expresa el filósofo Alemán Heidegger cuando se refiere a El cuadro de Van Gogh es admirable porque en un objeto humildísimo, como son unos zapatos viejos, nos revela, con su fuerte expresión pictórica, una vida y un mundo que una mirada vulgar ni siquiera hubiera sospechado. Sin embargo, ante el cuadro sentimos como si de pronto surgieran para nosotros esos pobres zapatos en la plenitud de su verdad: "El cuadro de Van Gogh es el hacer patente lo que el útil, el par de zapatos de labriego, en verdad es, este ente sale al estado de no-ocultación de su ser."
Es decir el poema va formando hilos semánticos profundos, sin caer en la premeditada repetición, la fórmula sintáctica tiene una plataforma entre el eje de combinación y el eje de selección.
Te invoco en esta ciudad de ángeles muertos
Cabalga entre unicornios dejando historias
Ese encontronazo con la fuerza, intensidad y tensión lírica que nos lleva a viajar en los subterráneos del ser, esa búsqueda irreversible del lenguaje, su máximo detonador es la simbiosis de una multiplicidad de formas de mirar el mundo interior. Ortega es un poeta del silencio donde exorciza ángeles y demonios con lenguajes evocativos ,sin etiquetas , solo desde la presencia precisa el pacto poético , en la que se van diluyendo sus metáforas reflejando con mucha consistencia la definición de un estilo, esa es la perseverancia intelectual de José Ortega en la que se ha alejado del zoo/hábitat de la poesía hondureña .
Te conocí con golpes en la sangre
El fuego de mi cuerpo queme tu vestido
Una de las cualidades formales-estéticas de su poemario, es el encabalgamiento sintáctico que va surgiendo como el efecto plástico , desplomándose en vértices de significaciones nuevas. Lo que implica es aprehender los espacios que definen su poesía, por lo que las formas se dispersan en las cosas y sujetos [la mujer amada/la noche] de los poemas transformándose en versos de gran aserto literario.
Un ejemplo persistente de “El Mal dela Rosa” es la frase breve, el verso sintético, aforístico pero, en eso posee una especie de encabalgamiento :
“El encabalgamiento sirremático tiene lugar entre palabras que forman una unidad sintáctica que en la estructura del lenguaje no admite pausa. Así sucede, entre otros casos, con el sustantivo y el adjetivo (o su complemento), con el verbo y el adverbio”.
En un intento por crear variaciones rítmicas especiales, el poeta hace uso del encabalgamiento para alterar el ritmo del verso corto, para establecer la estructura gramatical o la duración de las pausas al final del verso o, incluso, entre estrofas.
Caer en el encanto de tu cuerpo
Llegar a tu vientre
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Culmina una estrofa y la siguiente:
Quiero despertar cada mañana contigo, ternura
Quiero ser como el lobo hambriento
Eso crea una ruptura, como en el ejemplo anterior, lo que va recreando en cada sema es una constelación de sememas que se van desglosando como si fuesen frases complejas.
A pesar que solo son palabras hiladas por el primer verso, eso hace que el poema , vaya dejando agujeros en el texto , lo que implica que el lector ira rellenándolos con la participación que hará del texto.
Según lo teóricos de la Teoría Estética de la Recepción :
“El lector es el primer destinatario de la obra literaria... la vida histórica de la obra literaria es inconcebible sin el papel activo que desempeña su destinatario"
La estructura Lingüística va buscando sema montajes hacia una sintaxis interiorista. Es decir el lenguaje es forma y contenido a la vez, es dualidad, va descartando la idea que el tema tratado en este poemario. Por lo tanto no cae en el ripio, ni en engolamientos retóricos, porque sentimos que la poética de José Ortega , no despista, va dejando atrás huellas , indicios de isotopías que estructuran y desestructuran todo el texto poético. Va dejando espacios, permitiendo la eclosión de imágenes cotidianas con una mirada llena de extrañeza , como lo expresa Schlovsky[1991] “Crear en la cosas conocidas situaciones extrañas”.
El poeta Ortega desemboca su sentido de creación estética: la primera va sumergiéndose en los encabalgamientos, o sea rompiendo el ritmo sintáctico , para proveer de sentido a otro tipo de ritmos vanguardistas del que no estamos acostumbrados; quitarle y luego ponerles pausas al verso.
Duerme conmigo
Por qué así me doy cuenta
Que soy un ser humano
Es ahí donde la experimentación del último verso que cierra el poema que definida con un lenguaje denotativo que en momentos que no eran literaturizables, pero que de forma sorpresiva logra generar el toque estético.
Eso precisamente es lo que define a José Ortega como poeta que va más allá de lo Contemporáneo. El tercer cause, es como va recreando los temas universales “el amor-existencia, -soledad, -muerte, -realidad, -eros”, va saltando de planos, va en una especie de continuum, donde va prevaleciendo los cambios en la estructura profunda del verso .
La plurificacion de voces que se van centellando en el pozo del inconsciente atraviesa los campos desconocidos del sueño, de la existencia remozada más allá de los mítico, porque al tratar el tema amoroso, no se cae en el discurso cursi del romántico. Al contrario, el amor va formando columnas de abstracciones oníricas que se reflejan de forma acertada en cada uno de los poemas según lo que destaca Eco (1994) plantea que toda obra de arte es "un mensaje fundamentalmente ambiguo, una pluralidad de significados que conviven en un sólo significante".
Pienso que la poesía de “EL MAL DE LA ROSA” Es un Texto poético que rezuma la coexistencia de sentidos, sino paso, travesía dice Barthez; no puede por tanto depender de una interpretación, ni siquiera de una interpretación libre, sino de una explosión, una diseminación.
A menudo espero
Los siglos de tu vientre
Mientras tus manos se alejan
La pluralidad del Texto, en efecto, se basa, no en la ambigüedad de los contenidos, sino en lo que podría llamarse la pluralidad estereográfica de los significantes. Esto nos indica entonces la poética de Ortega segrega una diseminación constante, fragmentariedad, por eso su poesía va coincidiendo con el diálogo universal, se expande, va metiéndose en el lector, es el poeta mismo, arrancándole la piel al que lee, cada palabra, es como la misma sangre, va fluyendo:
Soy un loco
Con un territorio marcado
Ser un extinto animal extraño
Según prosigue Umberto Eco[1988] Así,
"la poética de la obra "abierta" tiende a promover en el intérprete "actos de libertad consciente", a colocarlo como centro activo de una red de relaciones inagotables entre las cuales él instaura la propia forma sin estar determinado por una necesidad que le prescribe los modos definitivos de la organización de la obra disfrutada".
La obra de entrecruza universos, distorsiona las cosas comunes, sensibiliza lo insensible, hace posible que la vida cabalgue de nuevo, porque estamos en un siglo gobernado por la angustia Universal, el ser humano ha estallado en la deshumanización, pienso que regresar al tema amoroso, nadie se arrepentiría, quizás el amor ya no será la roca de Sísifo elevándola al sufrimiento, más bien elegir la poesía para resureccionar al humano . Es una opción sartreana de saber que vamos a estar a salvo ,no solo porque el poeta, en su “Yo” eclosione la mención de
Es la mujer evocada, la mujer imaginada, la mujer universal, es decir, se convierte en un símbolo de la mujer que el poeta va en búsqueda, muy introspectivo, escarba el alma , bulle en silencios hasta explosionar emociones que nos dejan en caos para llegar a un vértice de armonía, sin decadencias estéticas :
Me implantaron los ojos
No sé de quién
En ellos brilla
La ausencia de Dios.
La poesía de José Ortega predomina la fuerza metafórica del tema amoroso, que ha sido un epitome trastocado por la literatura Universal, sino más lo que se va dando de novedoso es la Visión posible del mundo, de ir enmadejando el poema de tejidos cotidianos con fluidos de extrañezas semánticas, desenhebradas con certeza .La carga filosófica, y el buceo psicológico de sus poemas le dan un aliento universal, para salirse de los localismos y personalismos abruptos en lo que ha caído la poesía Hondureña.
Así como lo expresa Iván Turguenev en su Relato “Primer Amor”:
—Pues bien, ahí va… Pero, no, no les explicaré nada, porque soy muy mal narrador y mis relatos suelen ser secos y breves o largos y falsos. Si no tienen ustedes inconveniente en ello, prefiero consignar todos mis recuerdos en un cuaderno, y leérselos luego.
Lo que permite dilucidar un estilo definido, como lo expresa el mismo poeta “La literatura es un laboratorio, donde uno va experimentado con los lenguajes”. Eso permite determina que EL MAL DE LA ROSA, no es una obra encargada a competir, a buscar renglones importantes en las letras. Es la libertad para sí/en si del Poeta.
Uno de los aspectos que se deslindan en el texto poético de Ortega es como logra depurar de modo incisivo la frase , convirtiéndola en esencia metonímica, en oración simple llena de complejidades ontológicas, porque no se trata de solo ir planteando el nivel lingüístico, sino de ir proyectando imágenes literarias convertidas en Catexis Total.
Navegar en la poética de Ortega es transformar el poema en velero, góndola, en beso, en vientre, en Diosa, en lenguaje, en signos que se van dispersando con premeditación filosófica en el subconsciente del lector:
En esta fantasía mortal
Que muerde mi esqueleto
Dentro del nivel gramatical, el poeta emplea el verbo en presente en modo indicativo en plural, lo que equivale decir que le va dando recreación al verso, el lector se van sintiendo parte del rompecabezas lirico, esa especie de radiografía ontológica anclada en el amor, una cartografía que va guiándonos en el sentimiento con introspección, con profundidad, y con manejo de la palabra logra acertar con figuras poéticas como la imprecación de mucha fuerza estética:
Ojalá pudiera orar para detener esta maldición
Ojalá pudiera esta sequedad en mi garganta.
Lo otro es la manera en cómo maneja el “tu” que va demarcando una personificación total de la mujer amada, aunque va apareciendo de forma cubista, el rostro de la amada surge en el inconsciente, luego el vientre en la ensoñación, sus pechos trasvasan el deseo en el delirium tremens que palpita existencialmente, porque en verdad esas son las características estéticas en la poética de Ortega.
La primera la manera en la que formando los planos secuenciales en la que se va presentando la mujer amada, la segunda en el modo en la que va injertando nueva forma de ver el mundo [existencial/ateísmo desde el amor] y la tercera la mnera breve que eclosiona el verso.
Tengo demonios relinchando en mi frente
Este placer desnudo
En la gracia divina
De esta hermosa bailarina nocturna.
La amada se vuelva galáctica, en el presagio de un poeta que se vuelca por la lejanía-cercanía, deseo-espíritu, sueño-realidad, amor-indiferencia, lo universal-regional, lo surrealístico-impresionismo, la existencia-muerte.
La poesía se inicia como un ataque al canon literario, una reacción agresiva en contra de la poesía elitista y hermética destinada a un público privilegiado. El anti poeta se propone, como dice Nicanor Parra en Discursos,
“hacer saltar a papirotazos los cimientos apolillados de las instituciones caducas y anquilosadas”; sacar la poesía de la academia y de los salones y devolverla a la calle: / “inventar pigmentos/ para extranjeros mundos/para diferentes, alienígenas surrealistas cielos.”
Hay un detalle que no se debe escapar de nuestras observaciones, cuando el poeta en el plano semántico, transfiere significados propios de animales y las vas traslapando en el cuerpo de la mujer para proveer erotismo instintivo.
En poesía, todo cambia y está en constante flujo y desarrollo, la poesía está en evolución formal, sigo pensando, en la meta textualidad original que el poeta fragua en los versos, pero lo hace con la intencionalidad estética, de dar mano a la repetición y de expresar con distintos lexemas la misma circunstancia.
Es así que “MAL DE LA ROSA” de José Ortega, procede a ser la prima opera de un poeta que arranca sin velos , ni estatuillas, inicia el exorcismo de la metáfora denotativa, la certeza de corroer el dolor de las cosas sensitivas, filosofa con la ausencia, con la nada, no presume elevaciones, es un poeta de la soledad ensombrecida, que deja que la palabra se libere sin tonos, ni etiquetas. Arremete con el aforismo afilado, con el verso lleno de sangre, con la poesía espinosa, desarraigado al canon literario, por eso sin ínfulas, ni pluscuamperfectos. Ortega desuella la piel donde incursiona en una tendencia poética de cotidianismo existencial que aflora hoy en día con mucha fuerza en Latinoamérica.
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