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Hoy recordamos la vida de Amanda... - Red Lésbica Cattrachas ...

 Amanda Castro [1]

Amanda Castro (12 de octubre de 1962, Tegucigalpa, Honduras- 18 de marzo de 2010, Tegucigalpa, Honduras),Amanda Castro era la más conocida de las jóvenes escritoras hondureñas, y la más laboriosa de ellas en cuanto a la difusión de la literatura femenina de su país y de la región centroamericana, y en cuanto su desenvolvimiento en el mundo académico de las letras hispánicas. Estudió Lingüística en la Universidad de Pittsburgh y residió en Estados Unidos. Había publicado, entre ensayos y otros textos, los libros: Poemas de amor propio y de propio amor (1993); Celebración de mujeres (1996) y Onironautas (2001). De la crítica estadounidense especializada, había recibido favorables comentarios en torno a su obra publicada en inglés.

Amanda Castro representaba, junto a otros, a la generación más sobresaliente y más conocida del cercano panorama literario hondureño.

Amanda Castro era también fundadora de la nueva casa editora, Editorial Ixbalán de Honduras, y algunos de sus poemas estaban dedicados a otros escritores de país.


MUESTRA LITERARIA


NO LLOREN POR MÍ

Amanda Castro

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Cuando el velero blanco de mi calmada paz y la melancolía se aleje del puerto con camino infinito y sin retorno

no lloren por mí

que la muerte me ha dado el descanso y con sus tiernos brazos me muestra el camino de la luz hacia la aura

que la muerte me lleva consigo a conocer los secretos fantasmas de sueños insomnes que tanto dolor provocaron en vida

que no llore mi madre

porque con nuestros muertos estoy de regreso desnuda y contenta de la mano del hombre que decidió ser mi padre y su amor

que los abuelos me aguardan para contarme los cuentos de antaño que no pude escribir

que no llore mi hermano

porque él me vio en la montaña perderme en la lluvia buscando un camino que llevaba al mar

que recuerde mi risa confundida

entre los granitos de arena que cantaban los niños

de nuestro viaje río arriba descubriendo el amor

que no lloren mis niñas

tres hebras de la misma madeja que hilvanan el cielo y el mar

el viejito lleno de amor que no llore nunca porque voy contenta

que no llore mi amante compañera tierna

mi bastón

mi mano mi pluma cuando no he podido escribir

mi amor cuando no he podido amar

mi vida cuando no he podido vivir

que no lloren mis amigos

porque ellos ya conocen de mis amores con la muerte y no les sorprende el dolor

que recuerden mis versos y que beban lo que no pude

cuando apenas y se distingan mis cenizas entre las aguas o el viento de un templo en Copán

que no llore nadie

que quemen incienso alzando las copas

que me voy contenta para Xibalbá

que no llore nadie.

Satinada pantalla de la noche

Frente a esta satinada pantalla

tus labios envuelven mi cuerpo

me palpás completa

te palpo infinita

mar en calma

—la profundidad de mi piel

hundida en la tuya—

el palpitar de tu sangre

fluyendo en mis labios

bestia en celo

ansiosa y desatada

Tus labios

henchido deseo

en mi boca

manantial de lirios florecidos

y sé que te amo

en este desierto infinito de la memoria

alargada por los sueños

Te veo de pie

tras mis hombros

levantando mi pelo

tu aliento escurriéndose

apenas roza mi piel

y dejo caer el peso de mis años

para amarte una vez más

Reís

con la sonrisa de una mujer joven y libre

y nos veo adolescentes

explorando nuestros cuerpos

igual que la primera canción

redondeando la curvatura

de un seno despierto

con el toque y la humedad

de las lenguas

la endurecida punta

para complacer

Y me veo

lamiendo tus labios

prolongándome la vida

y acercándome a la muerte

envuelvo mi lengua con las palabras

que me has dado siempre

y te encuentro sentada en Mi Centro

—que ahora es el Tuyo—

y saboreo la sal de tu angustia

que lo absorbe todo

Con tus gritos tiernos

epitafios de placer

libero tu pelo

ondeando al viento otoñal

de nuestras costas

transparentes y profundas

estoy

apaciblemente tierna

rodeada por tus piernas

—barco por fin anclado—

aflojo de mi pecho

su amargura

—Me entregás todo—

Me elevo por los aires

con los duendes

que despiertan entre mil llagas

mi piel adormecida

el sollozo de mi llanto

placentero y pleno

salpica tus mejillas puras

Mi eterna compañera

te veo en la cocina sonriente

tragándote las gotas

que resbalan de mi frente

de mi pubis

tu lengua recorriendo

el abdomen contraído

de deseo

y subís

y subís

hasta los pechos

tus dientes los dominan dulcemente

y me estremezco una vez más

el sol y el mundo desaparecen

ante mis ojos

—ah!! la nada existencial!—

vivir la vida entera en un segundo

y soy bajo tu piel

la sangre que nos une

en nuestro lecho

y soy bajo tu piel la mujer que había soñado ser

y soy la mujer que ama a otra mujer

y soy tu mujer

y soy por fin quien soy

Extensión de las horas

Has venido a convertirte en todo

Extendiendo mis horas

repaso en mi memoria

tus ojos

relámpagos fugaces

fugitivos

tus manos

universos diminutos

de ternura y miel

la humedad

de tus labios

desatando en mis entrañas

una bestia adormecida

la curva de tu cuello

entre mis manos

trémula

tu olor a nardos y deseo

el eco profundo de tu voz

en despedida

Mi entraña arremetida

contraída

alada en convulsiones

derramándome toda en tu recuerdo

día y noche

con el constante salto

entre la piel y la esperanza

buscando una excusa para llamar

para escuchar tu voz

como granizos en mi espalda

para sentir de nuevo este hoyo

para sentir de nuevo

en tus labios este dolor

que atormenta mis pasiones

y mis sueños

Under the skin

I’ve got you under my skin

I have got you so deep in my heart

that you’re all ready a part of me.

Diana Krall

Escribo

para vos

estos poemas

de amor

entre mujeres

abrazando

de una vez

mi existencia

y el poderoso cordón

que enlaza nuestros vientres

en la noche

a oscuras

en el silencio

de esta soledad que habito

Porque sólo palabras

puedo darte

—son lo único esencialmente mío—

porque sólo narrando

tu historia

se teje con la mía

en la noche

a oscuras

Porque sólo las palabras

me permiten acariciar tu pelo

a la distancia

y en la memoria

porque sólo deslizando mis manos

sobre las teclas tenues

puedo sentirte

igual que a una canción

al interior de mis sentidos

porque sólo las palabras

pueden hablar de este compás

que marcan tus caderas

en mi pubis

Sólo las palabras

me permiten recorrerte entera

en un verso

en la noche y a oscuras

Primitivo amor

Primitivo es este deseo

de acercarme a tus labios

nuevamente

y morder tiernamente

tu cuello

sin llegar a lastimarte

Primitivo es este eco

que se agolpa entre nosotras

cada instante

recorriendo nuestras fuentes

como esferas de colores

—kundalini estremecido—

Primitiva es esta voz

que me despierta

el roce de tu piel

y una caricia prometida

Primitivo es este líquido

que derramo

sobre papeles blancos

como la sangre intensa

acumulada en el deseo

doloroso de mis labios

Primitivo

es este amor

que te propongo

La mamá

Alta y de piel oscura

grande mitológica

peleadora y tierna era la mama

sus ocho hijos todos aprendieron a leer

a creer en dios

a entender lo que su madre amaba

ellos      

todos con título de secundaria

profesores secretarias

todo

por aquellas manos carrasposas

agrietadas por los años de la angustia

y el abandono  

-aquellos hombres que prometieron ayudarte

y se marcharon-

todo

por aquellas manos

rajadas con el olor putrefacto     

-lugares donde ella buscaba el pan-         

limpiando pisos

limpiando servicios         

limpiando           

todo     

por un pan para sus hijos             

porque sus hijos fueran a la escuela

porque tus hijos fueran alguien 

por darles lo que vos nunca tuviste          

una cama en lugar del petate

una casa en lugar del cuartito maltrecho

una vida en lugar del tormento Mama

¿no te das cuenta?         

cambiaste el curso del sol

con tus manos

con tu enorme cuerpo lacerado El sol en tu frente

cuesta abajo cuesta arriba

de vuelta al trabajo

asegurando el futuro en tus manos

(las mismas que hacían la ropa  

más simple del universo)             

-el amor encerrado en un cuerpo de mujer- Mama

no te das cuenta              

cambiaste el curso del sol

La Creación

En el principio

era el sueño

y con sus sueños

los espíritus tejieron las canciones

Los espíritus creadores descubrieron los poderes

de la chicha y el tabaco 

y fue así como la vida aprendió a soñar Primero

soñó el fuego

que existía en el vientre de la mujer

Con el fuego vino la luz

y la tiniebla        

El fuego estalló en mil planetas

el sol y la luna   

Después soñó el aire

y su oxígeno mantenedor del fuego

El aire desato la ventisca

y dispersó los planetas

Más tarde vino el agua

que controlaba el fuego

Pero vio la vida

que el fuego el aire y el agua

vivían en el vacío

y creó la tierra   

para darles un hogar      

Así nacieron los cuatro elementos básicos

para la vida

En el sueño de la tierra el sueño del agua

hizo surgir el mar

los peces             

los árboles          

los animales       

y las flores          

En el sueño de la tierra el sueño del fuego

hizo surgir los volcanes

las montañas    

y las islas En el sueño de la tierra el sueño del aire

hizo surgir las nubes

los truenos         

y las lluvias         

Y con las lluvias nació el sueño

de El Maíz           

Después

los espíritus creadores hablaron con la vida

dándole un libro muy viejo          

lleno de datos y figuras 

diciendo:

Éste es el Libro de los Libros        

en él encontrarás            

la forma de soñar nuestra existencia        

cuando terminés de leerlo           

habrás soñado nuestros cuerpos               

--Esta es la historia del pueblo K'iche-     

Y fue así como la vida soñó

los seres de maíz

--los hombres de maíz- 

--las mujeres de maíz-   

los ancianos

y los niños

Y a cada ser

la vida le dio

una porción de los cuatro elementos básicos

y la libertad de usarlos a su albedrío        

Y hubo seres que fueron todo aire

y se desvanecieron enseguida    

Otros fueron todo agua

y el maíz se les podría en las entrañas    

Otros eran todo fuego

y cada cosa que tocaban se quemaba     

Los últimos eran todo tierra

ellos acumulaban la tierra            

olvidándose de sembrar el maíz

y perecían           

Y vio la vida

que los seres de su sueño

no habían comprendido

el propósito de su existencia

entonces se alejó

dejándolos         

abandonados a su suerte             



[1] http://www.heroinas.net/2017/03/amanda-castro-escritora-y-poeta.html

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